martes, 19 de diciembre de 2017

EN TORNO A LAS MEMORIAS DE MANUEL CALDERÓN LÓPEZ-BAGO



EN TORNO A LAS MEMORIAS DE

 MANUEL CALDERÓN LÓPEZ-BAGO

José Mari Irusta Mugarza en la memoria histórica debarra


El Capitán de Navío D. Manuel Calderón
López-Bago con uniforme de gala en su
casa de Hondarribia.



Hace ya unos meses que terminé de leer el libro titulado "Manuel Calderón, Memorias de un Marino Vasco". El libro, una joya desde el punto de vista histórico, con introducción y notas de Olav Mazarrasa Mowinckel (1), recoge las memorias de este hombre singular nacido el año 1899 en Deba, todo un personaje sobre el que hace años me dediqué a investigar.

Para quien lo desconozca, decir que Manuel Calderón López-Bago, además de ahijado de la reina María Cristina, fue director de tiro del crucero Canarias durante la batalla de Matxitxako (2), ayudante personal de Franco y Comandante Militar de Marina de Gipuzkoa. Manuel Calderón ha pasado a la historia, entre otras muchas cosas, por haber salvado la vida de numerosos gudaris vascos o haber batido el record, creo yo que mundial, en cuanto al número de ahijados y ahijadas apadrinados, treinta y dos, todos ellos vascos, entre ellos José Manuel Ibar "Urtain" o el ex-militante y dirigente de ETA Miguel Ángel Apalategi "Apala" (3).

En resumen, podría decirse que Manuel Calderón, con todas sus virtudes, vicios y defectos, fue un verdadero caballero, un ser perteneciente a una raza de "Hombres de Honor" ya casi extinta; un personaje realmente de película.
Parte de las investigaciones realizadas hace años me sirvieron para escribir un artículo al que titulé "Don Manuel Calderón, el honor de un gran marino debarra", publicado en el número 74 de la revista DEBA, así como en mi blog personal. Ello motivó el que el autor de la recopilación de las memorias, Olav Mazarrasa, tuviese la deferencia de nombrar mi trabajo en la introducción y notas del libro, hecho por el que me sentí sinceramente agradecido.


Martín Aranburu (1855-1938) ejerció
como médico de Deba durante varias
décadas. Fue él quien ayudó a traer al
mundo a Manuel Calderón. Durante
 la última Guerra Carlista, cuando contaba
catorce años, el popular médico había servido
como cornetín de órdenes en la partida guerrillera
del cura Santa Cruz.

Por cierto, las memorias del insigne marino comienzan con una curiosa frase que denota el sentimiento o ánimo de Calderón para con su pueblo, Deba, en el momento en el que comenzó a redactarlas:
"Vine a la vida de la mano del Doctor D. Martín Aramburu, un 13 de Septiembre a las 11 de la mañana (...) en el pueblo más triste de la costa vasca, ¡Deva!..."

Refiriéndose a los hechos narrados por Manuel Calderón en sus memorias, Olav Mazarrasa comenta acertadamente que algunos de los datos aportados por el marino debarra en sus memorias no son del todo ciertos; no porque su autor pretendiese cambiar o desvirtuar la realidad, sino porque sencillamente el paso del tiempo habría hecho que Calderón olvidase o tergiversase involuntariamente o, en algún caso "adornase" algunos detalles, cosa muy comprensible. Independientemente de esos pequeños detalles, quisiera alabar el gran trabajo de Olav Mazarrasa cuyas notas dejan ver un paciente y minucioso trabajo.

Uno de esos, digamos, errores, quizás "adornos" producidos por la imaginación de Calderón es el referido a su toma de posesión de la Comandancia Militar de Marina de Gipuzkoa donde afirma que
"el Ayuntamiento de Deva -mi pueblo- me nombró "hijo predilecto" y puso mi nombre a una calle en la cual no había más que un portal. Ni yo fui a tomar posesión de dicho nombramiento (como el Ayuntamiento quería) ni me importó un bledo. Esas cosas me dan cien patadas en la barriga".

Algo no cuadra en las afirmaciones de Calderón, ya que revisando los libros de actas del Ayuntamiento de Deba correspondientes a los intervalos 1942-1948 y 1948-1957, no aparece ningún acta en la que Calderón sea nombrado "hijo predilecto" de Deba y tampoco se dé su nombre a una calle de la villa.

Lo que sí aparece reflejado en el acta correspondiente al 26 de marzo de 1947 es la felicitación oficial del consistorio con motivo de su nombramiento como "Comandante Militar de Marina de Guipúzcoa". Así quedó reflejada la felicitación en el libro de actas:
"Habiéndose hecho público el nombramiento del Comandante Militar de Marina de Guipúzcoa, del hijo de ésta Villa D. Manuel Calderón, el Ayuntamiento por unanimidad acordó felicitarle por su honroso e importante cargo, deseándole un feliz acierto en su dedicada gestión en bien de nuestra querida provincia".

El acta del Ayuntamiento debarra está fechada el 26 de marzo de 1947 mientras que Calderón sitúa su toma de posesión el 12 de junio de ese año. Entre la felicitación del consistorio y la toma de posesión del cargo de Comandante Militar de Marina de Gipuzkoa transcurrieron 78 días.


En la imagen, detalle del punto número 1 del acta del 26 de marzo de 1947 en el que se felicita a Manuel Calderón por su nombramiento como "Comandante Militar de Marina de Guipuzcoa".









Pero sin duda el error más dramático cometido por Manuel Calderón es el referido a la muerte de un joven debarra, empleado del Banco Guipuzcoano, quien después de ser detenido por la Gestapo tras la ocupación alemana de Francia, fue según Calderón, fusilado en la cárcel de Baiona.
Así narraba el marino vasco los hechos:

"Conozco el caso de un pobre muchacho de 27 años, natural de Deva, exempleado del Banco Guipuzcoano que estaba refugiado en Biarritz por gudari. Lo detuvo la Gestapo por ir 24 horas sin permiso a Pamplona. Y pidió por su libertad a sus padres, residentes en Deva, medio millón de pesetas puestas en España. Como los pobres padres no lo tenían, se empeñaron en que yo les acompañase para hablar con el jefe de Biarritz, un tipo repugnante, duro, que les dijo delante de mí que si no llevaban el cheque el hijo sería fusilado. Acudí a las autoridades militares, pero ya esas se desentendían por completo con la Gestapo. Aquella tarde fue fusilado, el pobre chico, en el patio de la cárcel de Bayona". 

Intrigado por conocer quién pudiera ser el joven debarra asesinado por los alemanes, recurrí a un viejo amigo pensando que, por su edad, quizás fuese conocedor del hecho y tuviese referencias del mismo. Y efectivamente, di en el clavo a la primera. Mi amigo no solo conocía lo sucedido sino que además me lo narró tal y como lo había narrado un hermano del joven asesinado, concretamente su hermano José Luis.

Pero la realidad de los acontecimientos difería de lo narrado por Manuel Calderón quien había perdido la pista del joven debarra en Biarritz dando por hecho que éste había sido fusilado por los nazis en la prisión de Baiona. La realidad era aún más dramática de lo que el propio Calderón había supuesto.

Nunca hubiese imaginado yo quién podría ser aquella víctima de la Gestapo. Había hecho muchas conjeturas, pero cuando mi amigo me dijo que se trataba de Jose Mari Irusta Mugarza, quedé absolutamente sorprendido por ser la familia Irusta una de las más conocidas de Deba, y con cuyos miembros tengo relación.


¿ Cuál fue la realidad de los hechos ?

Según relataba su propio hermano José Luis (Deba 1915-2013) y según muestra también la documentación que pude conseguir referente al tema, la realidad es que tras ser detenido por la Gestapo a la vuelta de una escapada a Pamplona durante los Sanfermines y sin el permiso correspondiente, José Mari fue enviado a Burdeos en cuya prisión ingresaba el 9 de agosto de 1944. Desde allí, vía Toulouse, sería deportado al campo de concentración de Dachau (Alemania) donde ingresaba el 28 de agosto con matrícula 93956. Posteriormente, parece ser que desde aquel campo fue transferido al de Mauthausen (Austria).
Así lo refleja el "Journal Officiel de la République Française" del 11 de enero de 1995 en un listado del "Ministere des Anciens Combattants et Victimes de Guerre" en el que José Mari Irusta aparece como fallecido el 13 de septiembre de 1944 en Mauthausen. Otros documentos sitúan su muerte el 13 de noviembre, lo que lógicamente hace pensar que alguien debió transcribir mal la fecha del deceso del debarra; al parecer, la segunda de las fechas (noviembre) es la correcta. Asimismo algunos documentos sitúan su muerte en el campo de concentración de Melk (Austria), un subcampo satélite dependiente de Mauthausen.


5 de mayo de 1945. La fotografía de Cpl Donald R. Ornitz muestra la liberación por las fuerzas de EEUU del campo de Mauthausen. Sobre la gran puerta de entrada puede apreciarse una gran pancarta escrita en español y colocada por los presos republicanos españoles recluidos en dicho campo. Desgraciadamente, José Mari Irusta, fallecido en noviembre de 1944 no pudo vivir ese emocionante momento.













Haciendo una sencilla resta entre el año de su muerte (1944) y el de su nacimiento (1908), vemos que murió con treinta y seis años y no con veintisiete como afirma Calderón en sus memorias. He ahí otro error; José Mari Irusta no murió con veintisiete años sino con treinta y seis.

Por otro lado, Calderón afirma que en la desgraciada entrevista con el "repugnante" jefe de la Gestapo en Biarritz, además de él mismo, estuvieron presentes los padres de José Mari Irusta, algo imposible pues para entonces hacía ya años que la madre, Nicolasa, había fallecido. A la citada entrevista debió acudir tan solo el padre, Guillermo.

Este último dato puede cuestionarnos si no sería otra la persona que supuestamente, según Calderón, fue fusilada en el patio de la carcel de Baiona.

¿Sería otra la persona mencionada por éste?

Rotundamente no. En Deba no ha existido ninguna otra persona asesinada por los nazis, que estuviese exiliada en Francia, que hubiese sido detenida a su vuelta de Pamplona, y que además hubiese trabajado en el Banco Guipuzcoano.

¿QUIÉN FUE JOSÉ MARI IRUSTA MUGARZA?


Fotografía realizada en Bedia (Bizkaia),
pueblo de su madre, de los cuatro hijos del
matrimonio Irusta-Mugarza. De izquierda a
derecha, José Luis, Paulita, José Mari y Ramón.

José Mari Irusta Mugarza nació en Deba el 17 de noviembre de 1908. Fue el segundo de los cuatro hijos (3 chicos y una chica, Paulita, la mayor) del matrimonio formado por Guillermo Irusta, de profesión fontanero, y de la arratiana de Bedia, Nicolasa Mugarza.

Pero no fue el único hijo de éstos que tuvo que marchar al exilio; también lo hicieron sus hermanos Ramón y José Luis; este último, tras su regreso sería enviado a un batallón disciplinario de trabajadores, en Cádiz.

Del primero de ellos se dice que tenía una voz espectacular, tan espectacular que como tenor formó parte del Coro Nacional Vasco "Eresoinka", fundado en 1937 por Gabriel Olaizola cumpliendo una petición expresa del lehendakari José Antonio Aguirre (4).

Es importante recordar que Eresoinka (compuesto por un coro y un grupo de danza) estaba formado por vascos y vascas que en ese momento se encontraban en el exilio y que recorrió Europa cosechando grandes éxitos. Entre sus miembros también se encontraban el conocido tenor irundarra Luis Mariano y la soprano Pepita Embil, madre del tenor Plácido Domingo.


Coro Nacional Vasco  "Eresoinka". Enmarcados con un círculo, podemos apreciar a Pepita Embil, Luis Mariano y en la última fila a Ramón Irusta Mugarza.




                                                                       
       
  J.Mari Irusta Mugarza
J. Luis Irusta Mugarza
Ramón Irusta Mugarza

Continuando con José Mari Irusta, decir que siendo muy joven ingresó en la plantilla del Banco Guipuzcoano, creado en 1899, ascendiendo por su valía y llegando a ocupar un puesto de cierta relevancia, al parecer director de sucursales, motivo por el que se movía frecuentemente en el ámbito geográfico de Gipuzkoa.

Ya desde joven debió sentir grandes inquietudes políticas, lo que posteriormente le llevó a militar en el partido Acción Nacionalista Vasca (ANV), fundado en 1930, y donde se dice que probablemente fue comisario político durante la Guerra Civil. Quizás fue esa una de las razones por las que fuese enviado al campo de Mauthausen, uno de los mayores campos de exterminio, campo clasificado como de "grado III" y expresamente creado por los nazis para acoger en él a los considerados como "enemigos políticos incorregibles del Reich". Lo que está absolutamente claro es que falleció al poco tiempo de su ingreso en aquel infierno.


La fotografía muestra a un grupo de debarras en la plaza del 
Castillo de Pamplona durante los Sanfermines. José Mari Irusta
 es el segundo por la izquierda, de pie. Del resto solo se ha podido
identificar a Agustín Esnaola "Ostrope", primero por la derecha, 
y agachado a Agustín Azkoitia "Azkoiti".Tras una escapada 
como ésta a los Sanfermines de 1944, José Mari fue detenido
 por la Gestapo en la fontera.

Poco se sabe sobre la actividad política de José Mari en el exilio francés, lo que sí parece contrastado es que tanto él como sus hermanos José Luis y Ramón fueron amigos de Paul Dutournier (Sara, 1911-1993). Para quienes desconozcan quién fue este interesante personaje diré que fue un activo miembro de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, motivo por el que fue condecorado con numerosas cruces y medallas. También fue alcalde de Sara entre los años 1948 y 1978. Pero quizás la faceta más romántica de Doutournier fue la de contrabandista, lo que le sirvió para plasmarlo en un libro basado en sus experiencias en la frontera pirenaica, un libro al que tituló "La nuit est Basque".

Han transcurrido setenta y tres años desde la muerte de José Mari Irusta en Mauthausen. Sirvan estas páginas para honrar su memoria y la de todos aquellos que, como él, perdieron su vida en la lucha contra el fascismo y la sinrazón. Pero También un recuerdo muy especial a Manuel Calderón López Bago, porque, ante todo, y por encima de su ideología política, fue una persona que trabajó incansablemente por salvar la vida de quienes habían luchado en el bando opuesto, como José Mari Irusta a quien como Calderón narra en sus memorias, desgraciadamente no pudo salvar la vida.


Fotografía de José Mari Irusta, probablemente
realizada durante los últimos meses de su exilio
 en Iparralde.
Notas:

1) Olav Mazarrasa Mowinckel (Santander, 1950) tuvo acceso a la copia mecanografiada que el propio Calderón fue entregando capítulo a capítulo a sus amigos santanderinos Ramón Gorbeña y Luz Mazarrasa, tíos de Olav.

2) La batalla naval de Matxitxako en la que Calderón era director de tiro del crucero Canarias, tuvo lugar el cinco de marzo de 1937 y en ella fallecieron a bordo del bou "Nabarra" los debarras Juan Odriozola Basurto y Modesto Aspiazu Esnaola.

3) Según Olav Mazarrasa "el caso es que Manolo  Calderón había pasado sus últimos años en una residencia para militares y un día recibió una visita muy especial: la del etarra Apala, uno de sus múltiples ahijados del País Vasco, que venía a cumplimentarle. Parece que el recibimiento no fue bueno, Calderón discutió con él, le armó la bronca padre, le llamó "mal español" y le echó de su habitación".

4) La frase exacta del Lehendakari José Antonio Aguirre a Gabriel Olaizola fue la siguiente: "Es posible que no podamos salir de aquí. Sin embargo, nuestra tarea no ha terminado y deseo que llegue también al terreno artístico. Te pido que salgas inmediatamente hacia Francia y formes, entre nuestros refugiados, el mejor coro posible para que lleve, por todo el mundo, gracias a nuestras melodías, el recuerdo de un pueblo que muere por la libertad". 

  Bibliografía:

     Ayuntamiento de Deba. Archivo Histórico Municipal: Libro de Actas 1942-1948, sec.80, fol.256

    Calderón López-Bago, Manuel. Mazarrasa Mowinckel, Olav. “Manuel Calderón, Capitán de         
    Navío. Memorias de un Marino Vasco". Open Ediciones Universitarias, 2016.
             
    deia.com: “Historias de los vascos. El arte vasco en la guerra: Eresoinka”.

    García Santamaría, Ana: “Republicanos de Navarra, Gipuzkoa, Alava y Bizkaia en campos de 
    concentración nazis: Los olvidados”. Antzina, diciembre 2016.     
    www.antzinako org

   Journal Officiel de la  République Française,  Mesures Nominatives, Ministere     
   des Anciens Combattants et Victimes de Guerre, 11 janvier 1995, p. 00517.

   Turrillas Aranzeta, Alex: “Don Manuel Calderón López-Bago. El honor de un    
   gran marino debarra”. Revista DEBA, nº74, negua 2009.


  Fotografías:

. Retrato de Manuel Calderón: archivo herederos de Manuel Calderón. 
  www.openedicionesuniversitarias.com

. Retrato de Martín Aranburu: “Egun Zaharretako. DEBA, 260 Argazki”. Original de 
  Pilar Aginagalde.

. Campo de Mauthausen: Cpl Donald R. Ornitz.

. Coro Eresoinka y retrato de Ramón Irusta Mugarza: fotografías de Jesús 
  Elosegui. Archivo Aranzadi. Gure Gipuzkoa.

. Jose Mari Irusta Mugarza: fotos cedidas por la familia Irusta Urain.


AGRADECIMIENTO: Mi más sincero agradecimiento a la familia Irusta-Urain por su aportación en cuanto a información y fotografías.





miércoles, 26 de julio de 2017

LA IMAGEN DE SANTIAGO PEREGRINO EN LA FACHADA PRINCIPAL DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA





                    LA IMAGEN DE SANTIAGO PEREGRINO
                                   EN LA FACHADA PRINCIPAL DE SANTA MARÍA DE DEBA





 El pasado 24 de julio  tuvo lugar la bendición de la imagen de Santiago, obra del escultor Mikel Campo,  que junto a la de Ntra. Señora de Itziar ocupará un lugar prominente  en la fachada principal de la iglesia de Santa María.

Al acto, celebrado a las ocho de la tarde, acudió numeroso público siendo apadrinada y amadrinada la bendición de la imagen por dos peregrinos jacobeos, concretamente el norteamericano Donald M. Shaw y la joven granadina Soledad Ruiz Hernández.

Además de Patxi Aizpitarte, párroco de Deba, intervinieron en el acto el propio autor de la obra, Mikel Campo, y el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Deba, Jose Mari Izaga Reiner, quienes dirigieron a los presentes unas breves palabras.


En la imagen, Patxi Aizpitarte, párroco, junto al padrino y madrina del acto,
dos peregrinos del Camino: el norteamericano Donald M. Shaw y la granadina
 Soledad Ruiz Hernández. Tras ellos el autor de la escultura, Mikel Campo.




    
Juan Luis Kalzakorta fue el encargado
de subir hasta la imagen para destaparla
entre aplausos del público.


HISTORIA DE UNA IMAGEN

La historia de la imagen comienza hace ya unos años, cuando el escultor Mikel Campo sugirió al entonces párroco de Deba, Mikel Egaña, la idea de realizar una imagen del Santo para que ocupase la hornacina vacía seguramente durante siglos, y ubicada en la fachada principal del templo. La idea del entonces director de la Arte Eskola de Deba fue vista con agrado por el entonces párroco debarra.

Transcurrieron varios años, y tras la jubilación de Mikel Egaña, la idea original fue nuevamente planteada al actual párroco, Patxi Aizpitarte quien al igual que su predecesor vio con buenos ojos el planteamiento del escultor alavés.

Así se llegó al 2.017, año en el que Mikel Campo comenzó a elaborar la imagen inaugurada el pasado día 24 de julio y que para su autor representa algo así como su despedida al pueblo de Deba ya que, tras muchos años de residencia en esta población, en fechas recientes ha pasado a hacerlo en la localidad navarra de Huarte. 

En cuanto al coste económico de la escultura, la obra ha sido vendida a la parroquia debarra al precio simbólico de un euro, euro que, entre risas y sonrisas de los presentes, fue abonado tras el acto por el párroco debarra al autor de la obra.                                               


Andoni Iriondo bailó el aurresku en honor al nuevo "Santixo".

UN SANTIAGO EN PIEDRA DE LA CANTERA DE ANTZONDO

La imagen de Santiago el Mayor o Santiago peregrino ha sido realizada en piedra de Deba, concretamente de un bloque suelto extraído hace muchos años en la cantera de Antzondo, probablemente en la década de los sesenta, cuando ésta aún era explotada.
La piedra de esa cantera debarra es de dureza media pero complicada para la labra por su irregular cristalización. El bloque de piedra es del tipo conocido como “gris Deva”, variedad “gris perla” . Cuando se comenzó a elaborar la imagen su peso era de 450 kilos y una vez terminada su peso aproximado es de 230 kilos. Las medidas finales son de 86 cm. de alto por 35 cm. de ancho y 35 cm. de fondo.


La imagen, de estilo figurativo y al que su autor ha querido darle un aspecto románico, es muy compacta e ingenua, rígida, simétrica y sin canon escultórico en la forma humana. La expresión del rostro es muy primitiva, con ojos grandes y muy abiertos, muy al estilo del arte románico.
Por la altura a la que la figura iba a ser colocada y por la perspectiva de la visión habitual, la cabeza y la parte superior del cuerpo están proporcionalmente sobredimensionados.

Según su propio autor, otra de las características de la imagen  es que cumple la románica “Ley de adaptación al marco”, donde la figura se adapta al espacio cedido para su ubicación.
En la imagen del apóstol peregrino están remarcados  los elementos que lo caracterizan:  la vieira, la calabaza ...  que junto al rostro y las manos  resaltan sobre el resto de la imagen al ser más oscuras, prácticamente negras debido al pulido. No obstante con el paso del tiempo y debido a la meteorización de la piedra, al cabo de un tiempo  se irán aclarando, adquiriendo un tono gris muy parecido al de la piedra del palacio de Aguirre o al de la propia iglesia.

Según palabras de  Mikel Campo, la talla del vestido o hábito del apóstol quiere hacer recordar o sugerir las formaciones del Flysch de la costa debarra, otro elemento identificativo además de la piedra, que según su autor, la hace “más nuestra” .
Para finalizar nos comenta el escultor que su obra viene a ser una metáfora del viajero, del viaje que todos hacemos; “una metáfora de la vida como el lento regreso al origen, a nuestro origen. Una metáfora del largo camino que supone nuestra vida,  camino lleno de conocimientos, de atajos falsos, de alegrías, de frustraciones, de compañeros de viaje, de trampas, gozos y júbilos”.  


EL PROCESO DE ELABORACIÓN

 
1.- La maqueta.

2.- La piedra.

3.- El desbaste.


4.- La piedra va tomando forma.

5.- La labra del mármol.

6.- Estudio de proporciones.

7.- La escultura avanza.

8.- La parte trasera.

9.- Detalles.

10.- El pulido.

Patxi Aizpitarte, párroco de Deba, junto al escultor Mikel Campo,
autor de la obra.

                            










viernes, 16 de junio de 2017

DOS CARAS LITERARIAS DEL VERANEO DEBARRA.


JUAN VALERA Y ALFONSO REYES


Playa de Deba a finales del siglo XIX o principios del XX.
De la amplia nómina de ilustres veraneantes de Deba hay dos por los que  siento algo especial. Ambos tuvieron en común el ser escritores importantes y además diplomáticos de relevancia; de primera línea. Pero intuyo que sus personalidades y sus simpatías hacia Deba fueron totalmente diferentes: las del primero quizás más mundanas y livianas; las del segundo más profundas, sensibles y sobre todo, humanas.  



                        JUAN VALERA Y ALCALÁ GALIANO

                                              

Juan Valera y Alcalá-Galiano (1824-1905) representa la cara culta y a la vez algo cursi del veraneante de la segunda mitad del siglo XIX, cuando solo veraneaba la gente "guapa", o mejor, la "muy guapa". Alguien diría hoy que fue un veraneante ilustre pero "pijo" hasta decir basta; yo pienso que simplemente fue hijo de su clase, de aquella "crème de la crème" de su tiempo.

Valera es un veraneante que llega a Deba obligado por su mujer, la francesa Dolores Delavat "Dolorcitas". Según palabras suyas, en Deba se aburre bastante "pero la moda, la elegancia y el buen tono requieren y exigen salir a veranear, y mi mujer se creería la más desdichada criatura del mundo y la más humillada y vejada si no veranease".

Da la sensación de que el escritor de Cabra, hijo de la marquesa de Paniega, deseaba quedarse en Madrid mientras su mujer veraneaba en Deba; de que necesitase ejercer de "Rodríguez" veraniego para dar rienda suelta a su personalidad de don Juan.

Juan Valera junto a su esposa Dolores Delavat
y sus hijos Luis y Carmen.

Porque Valera fue un hombre que vivió para la literatura, pero sobre todo para las mujeres. La lista de amantes del escritor y diplomático a lo largo y ancho del mundo es digna de un record Guiness, abundando entre sus "trofeos" las duquesas, marquesas, baronesas, artistas e incluso las de pago (en París se quejaba de las elevadas tarifas de las parisinas). Algo debía tener el hispánico macho, pues hasta Katherine Bayard, la joven amante hija del Secretario de Estado norteamericano, mucho más joven que Valera, se descerrajó un tiro en la sien cuando éste le dijo en Washington que se iba con la música a otra parte; que tomaba las de Villadiego.

En lenguaje castizo, Valera fue lo que se dice un "pichabrava", aderezado con una generosa dosis machista, pero eso sí, refinado y culto hasta los tuétanos. Él mismo confesaba: "Esta afición mía a las faldas es terrible".

Deba, donde sin duda no se comió una rosca, se le queda pequeño, algo muy comprensible, pues todavía hoy después de ciento cincuenta años, la Noble y Leal Villa sigue siendo -con perdón- una plaza harto difícil en cuestiones del sano, natural y relajante menester de la jodienda. Los tranquilos paseos a Sasiola, merienda incluida con mantel de hilo sobre la hierba, o a "el Castañar" (¿Gaztañeta?) relatados en sus cartas, no sacian al parecer sus necesidades vitales; tan sólo se pierde en elogios y muestra emoción al hablar del "castillo" (palacio de Aguirre) y de las cenas en él con su propietario y amigo Leopoldo Cueto, marqués de Valmar.

Según se desprende de las cartas escritas a su hermana Sofía en 1.871, el o los veraneos del autor de "Pepita Jiménez" en Deba fueron, digamos, de compromiso.

Sus comentarios sobre esta población son en ocasiones poco halagadores a pesar de reconocer que se trata de un precioso país. En una de ellas se queja de la casa donde se hospeda y de la "excesiva abundancia de pulgas que pululan y negrean las sábanas". No se sabe si lo de las pulgas era cierto, lo que sí está claro es que en Deba, y a cuenta de las pulgas, compuso en septiembre de 1871 un extenso poema con título en euskara, "Arcacosua" (la pulga), Poema euskero, místico y picante" según él para distraer sus melancolías y entretener la ociosidad.



Katherine Bayard, una de las numerosísimas
  amantes de Valera. La joven norteamericana, que
  podría ser hija  incluso nieta del escritor español,
    por entonces ministro plenipotenciario en Washington,
  prefirió suicidarse antes que morir del mal de amores.


                ALFONSO REYES OCHOA




El escritor, pensador y diplomático mexicano Alfonso Reyes Ochoa (1889-1959) representa la otra cara del veraneante debarra. Extremadamente culto y humano, sus escritos referentes a Deba, al contrario que los de Juan Valera, denotan un cariño y una cercanía fuera de lo común para con este pueblo y sus gentes.
Nacido en 1889 en la ciudad mexicana de Monterrey, fue hijo del general Bernardo Reyes quien ocupó importantes cargos ministeriales durante la dictadura de Porfirio Díaz. Esa circunstancia en nada le ayudó cuando en 1910 se declaró la Revolución mexicana. Tres años después su padre moría acribillado en la plaza del Zócalo durante  un fallido golpe de estado para derrocar al gobierno del presidente Francisco I Madero.

 En 1914 Alfonso Reyes se exilia a España donde se vuelca de lleno a la literatura y a la investigación literaria; tan de lleno que su fama en Europa y calmados ya los vientos de la Revolución, influyen para que el gobierno Mexicano le incorpore al servicio diplomático, ocupando importantes puestos en España, Francia, Argentina y Brasil.

Alfonso Reyes Ochoa, el hombre que inmortalizó el nombre de "Deva".

Genéticamente republicano y amigo de Manuel Azaña, Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Pío Baroja, Menéndez Pidal, Azorín o Neruda, en 1939 funda y dirige la Casa de España en México, institución expresamente creada para acoger a los refugiados republicanos españoles.   

Para quien lo desconozca, Alfonso Reyes, un incondicional del veraneo en Deba durante diez años - el tiempo que residió en España- está considerado como uno de los grandes padres de las letras mexicanas, siendo sin duda el escritor más prolífico de aquel país y uno de los más prolíficos de toda la geografía hispana, tanto de la europea como de la americana. Y aunque nunca fue galardonado con el Nobel de literatura, en 1949 fue propuesto por Gabriela Mistral para tan importante galardón. De él diría Jorge Luis Borges, su más ferviente admirador, que fue «el mejor prosista de lengua española en cualquier época».

Sus obra “Los siete sobre Deva: sueño de una tarde de agosto” iniciada en Deba y finalizada en Buenos Aires,  y sobre todo “Deva la del fácil recuerdo” un precioso capítulo de “Las vísperas de España”, son un reflejo del espacio que este txoko guipuzcoano ocupó en el corazón de este gran humanista. Y también son, o deben ser, motivo de orgullo y conocimiento para cualquier debarra que se precie. Leer a Alfonso Reyes es un gesto de agradecimiento para con este mexicano que llevó a Deba en sus entrañas.
“ ¡Qué fácilmente nos acordamos de Deva en nuestros inviernos de Madrid!   ¡Con qué poco esfuerzo la evocamos! ¡Con qué anhelo tan concreto, tan preciso, la prevemos y la esperamos, a medida que se acerca el estío! En nuestra mitología de las estaciones, Deva es la Perséfone, alternativamente perdida y recobrada”.
Y cuando llega a Deba, a “nuestra Deva” como él dice, se siente un debarra más. Lo mismo habla de “Veytia el viejo” (Beitia el ferroviario) que de Araquistain o de Maritxu; de los corrocones pescados por don Fidel o de las verbenas organizadas por Pepucho. Conoce la geografía local, sus caseríos, Bustiñaga o los merenderos de Iruroin o Lasao. Se encuentra tan integrado que incluso se atreve a criticar alguna de las entonces nuevas infraestructuras de la villa, como el trazado del ferrocarril : “… y hasta ese ferrocarril que tanto censuramos como un error de trazo, y que viene a ser un juguete más entre los que sacan los niños a la arena”.
Y al comenzar la fiesta, la vive con la misma emoción que los demás debarras: “ Y ved cómo se produce el milagro: un cohete, unos compases de música suenan a nuestro oído – o simplemente los recordamos- y toda Deva renace dentro de nosotros”.
Y al regresar a Madrid vuelve la añoranza:
  … “ Y al tropezar, por Alcalá o San Jerónimo, con otro veraneante de Deva, hay en nuestro saludo un signo de inteligencia tácita, de cofradía secreta. “Éste es de los nuestros, decimos”.


Mausoleo de Alfonso Reyes en la Rotonda de
 las Personas Ilustres – Ciudad de México-  donde se
 encuentran los restos de aquellas personas que
 realizaron importantes contribuciones a lo largo 
de la historia para el engrandecimiento de México.