PEDRO DE DEBA Y JUAN PÉREZ DE LOYOLA
LA SINGULAR HISTORIA DE LA APROPIACIÓN
ILEGAL
DE UNA NAO DEBARRA
DE UNA NAO DEBARRA
Una de las góticas capillas-sepulcro de la iglesia de
Deba es la conocida como capilla de Andonaegui.
Es creencia generalizada,
aunque errónea, que dicha capilla fue construida por don Juan de Andonaegui,
comendador de la Real Orden de Caballería de San Lázaro y señor de la casa conocida
en su tiempo como “Devaechea” o “Comendadorecua”.
La segunda de
estas denominaciones queda claro que se debe al título de comendador que
ostentó quien allí se halla enterrado, el citado Andonaegui. Los porqués de la
primera, es decir, “Devaechea” , es cosa que pretendo desentrañar en este
artículo. Un dato interesante a resaltar y del que en varias ocasiones hace
mención el historiador Patxi Aldebaldetrecu
es que, según la tradición, la casa “Devaechea” fue la primera levantada en esta villa, lo que viene a demostrar su antigüedad.
Durante mucho tiempo he pensado que en el espacio cronológico
existente entre la construcción de la capilla
donde fue enterrado don Juan de Andonaegui, secretario de Felipe II ante el
Estado Pontificio, y el propio personaje, había algo que no cuadraba. No
cuadraba porque la capilla es anterior al nacimiento de don Juan de Andonaegui.
Intrigado por descubrir los orígenes de la casa “Devaechea”
me di el gusto de “gastar” mi tiempo en averiguar quiénes fueron los señores de
dicha casa y más concretamente quién fue el que ordenó construir dicha capilla.
Mi búsqueda tuvo una interesante recompensa.
La
familia Deba o Debaide
Uno de los
apellidos más antiguos de la villa de Deba es precisamente el de Deba, Deva, Debayde,
Debaide o de Baide, (aparece escrito de diversas formas) , cuyos miembros
fueron lógicamente quienes crearon la casa conocida como “Devaechea” que en castellano
sería traducido como casa de los Deba.
Los primeros Deva,
Debaide o Debaechea , repito que aparecen citados de muy diversas formas, lo
hacen en dos documentos. El primero está fechado el 19 de noviembre de 1471 y en él
aparecen Ochoa Martines de Deuayde, fiel
regidor de la villa, y Miguell de
Debayde, testigo en la firma del documento; curiosamente el primero escrito con
“u” (v) y el segundo con “b”.
En el otro documento, fechado el 6 de febrero de 1476,
vuelve aparecer el mismo Ochoa Martines
de Deuayde, pero esta vez lo hace como
Ochoa Martines de Debaeche, firmando en
calidad de mayordomo de la cofradía. También aparece en ese documento un tal
don Pedro de Deba (vicario) quien al
final del documento es nuevamente nombrado como Pedro Debaide. Este don Pedro
de Deba o Debaide no es el mismo al que se hace referencia en la cabecera de
este artículo aunque muy probablemente sería algún familiar muy directo.
Hipotética imagen del puerto de Deba en el s.XV, época en la que se desarrollaron los hechos descritos. Ilustración de J.I. Treku. © Kaioa asp. |
Los miembros de esta antigua casa, al igual que los de
otras poderosas familias de la primitiva
villa, fueron gente de mar y sus barcos se dedicaron, como veremos
ahora, tanto al comercio marítimo como a la guerra.
Es ahí donde comienza una interesante historia sobre dos
no menos interesantes personajes llamados
Pedro de Deba y Juan Pérez de Loyola; el
primero, señor de la casa del mismo nombre y propietario de uno de los barcos
que formaron la primera armada de la corona castellana en tiempos de los Reyes
Católicos, la conocida como “Armada de Vizcaya”.
El segundo,
el mayor de los once hijos de Beltrán
Ibañez (Yañez) de Loyola, señor de Oñaz y de Loyola. Recordar que el benjamín
de los hijos de don Beltrán y hermano pequeño del capitán del barco debarra era
Iñigo de Loyola, con el tiempo San Ignacio de Loyola.
Cuando en 1.492 se
crea dicha armada, compuesta por seis naves, es nombrado Capitán General de la misma el lekeitiarra Iñigo de Artieta.
El propietario de una de estas naves, una nao de 220 toneles (264 toneladas)
era precisamente Pedro de Deba, aunque su capitán era Juan Pérez de Loyola.
Decir que la mayor parte de la tripulación de esa nave, tanto marineros como
soldados, estaba compuesta por debarras.
A bordo de la nao de Pedro de Deba estaban embarcados
también tres Loyola más
- Miguel, Lope y Juan Beltrán, este último conocido como “el Borte” o lo que es lo mismo
“el Borde”, por ser hijo bastardo de don Beltrán Ibañez de Loyola- todos ellos hermanos del capitán Juan Pérez de Loyola.
- Miguel, Lope y Juan Beltrán, este último conocido como “el Borte” o lo que es lo mismo
“el Borde”, por ser hijo bastardo de don Beltrán Ibañez de Loyola- todos ellos hermanos del capitán Juan Pérez de Loyola.
El embarque del capitán azpeitiarra a bordo de la nao debarra en julio de 1493
debió ser algo imprevisto además de apresurado ya que estaba alistado para acompañar a
Cristóbal Colón en su segundo viaje hacia las Indias; pero siguiendo órdenes del Rey Fernando el
Católico embarcó en la Armada de Vizcaya, es decir, en la nao de Pedro de Deba.
El capitán azpeitiarra ya antes había
intervenido al parecer en la guerra de Granada.
Ese mismo año, 1493, la nao de Pedro de Deba al mando de
Juan Pérez de Loyola interviene en el
traslado hacia el exilio africano del último rey de Granada, Muley Boabdil , y
de los miembros de su corte así como el de varios miles de granadinos,
concretamente 6.320 personas. La operación duró hasta febrero de 1494.
También a bordo de la nave de Deba, participó el azpeitiarra en la conquista de Tenerife durante la primavera de ese mismo año, tomando parte, al parecer, en la conocida como Primera Batalla de Acentejo o la “Matanza de Acentejo” (Tenerife), y poniéndose pocos meses después a las órdenes de Fernández de Córdoba “el Gran Capitán” para marchar a Italia. Allí participó en las guerras de Nápoles contra Carlos VIII de Francia, falleciendo en 1.498 como consecuencia de las heridas sufridas luchando contra el duque de Montpensier.
La ilustración de J.I. Treku escenifica el traslado de Boabdil a tierras africanas a bordo de las naves de la "Armada de Vizcaya", entre ellas la nao de Pedro de Deba. © Kaioa asp. |
También a bordo de la nave de Deba, participó el azpeitiarra en la conquista de Tenerife durante la primavera de ese mismo año, tomando parte, al parecer, en la conocida como Primera Batalla de Acentejo o la “Matanza de Acentejo” (Tenerife), y poniéndose pocos meses después a las órdenes de Fernández de Córdoba “el Gran Capitán” para marchar a Italia. Allí participó en las guerras de Nápoles contra Carlos VIII de Francia, falleciendo en 1.498 como consecuencia de las heridas sufridas luchando contra el duque de Montpensier.
Pero para entonces, ¿ qué había sido de Pedro de Deba ?,
¿qué había sido de su barco?.
Pedro de Deba falleció a mediados de diciembre de 1493 "de grave dolençia", al parecer en la localidad granadina de Almuñécar lugar donde debía encontrarse en ese momento con su nao y lugar también a donde acudió su propia esposa desde Deba para recuperar la nave.
Pedro de Deba falleció a mediados de diciembre de 1493 "de grave dolençia", al parecer en la localidad granadina de Almuñécar lugar donde debía encontrarse en ese momento con su nao y lugar también a donde acudió su propia esposa desde Deba para recuperar la nave.
Pero una respuesta más completa de lo que posteriormente sucedió nos la proporciona un interesante documento fechado el 14 de febrero de 1494 en
Valladolid y remitido por la Real Cancillería de los Reyes de Castilla.
Se trata de una
carta dirigida a quien era Capitán General de la “Armada de Vizcaya”, Iñigo de
Artieta. En ella se le conmina al marino lekeitiarra para que obligue a Juan
Pérez de Loyola a entregar a María Juan de Deva y de Linda, viuda de Pedro de
Deba, vecino de Deba, el barco que era propiedad del armador debarra. Según el
documento, la viuda de éste alegaba que la devolución de la embarcación le
permitiría cumplir el testamento de su esposo ya fallecido, testamento en el
que Pedro de Deba también había dispuesto enterrar su cuerpo en la capilla que
mandó construir en la iglesia de Santa María de Deba.
Esta capilla, la
perteneciente a la casa “Devaechea”, es la que en la actualidad es conocida
como capilla de Andonaegui y que en realidad debería ser conocida, bien por el
nombre de la antigua casa o por el de quien fundó aquella capilla antes de 1492, Pedro de Deba.
Otro interesante documento que corrobora la muerte de
Pedro de Deba y la consiguiente viudedad de su esposa, está fechado un día
antes que el anterior, 13 de febrero de 1494. Es una carta también remitida
desde la Real Cancilleria de los Reyes de Castilla ”para que se guarde la pragmática
de las viudas a Mari Juana de Baide,
mujer que fue de Pedro de Deva, vecina de Monreal de Deva”.
Resumiendo:
Cuando comienza a prepararse la Armada de Vizcaya en 1492 Pedro de Deba
está vivo, pues es propietario de una de las naos. Para entonces ya existía la
capilla que hoy conocemos pues la construyó en vida.
Cuando en 1494 la Real Cancillería de los Reyes de
Castilla remite la carta obligando a Juan Pérez de Loyola a devolver la nave a
la viuda de Pedro de Deba, éste ya había muerto, pues como se ha dicho anteriormente falleció a mediados de diciembre de 1493.
Algunas de las gestas en las que intervino Juan Pérez de Loyola
(viaje al exilio de Boabdil y los 6320 granadinos, conquista de Tenerife, incluso el comienzo de las
campañas de Italia) se realizaron estando ya muerto el armador debarra y siendo
el de Azpeitia capitán de aquella nao.
El mayor de los Loyola, capitán de la nao debarra, obró
de muy mala fe, quedándose con la nave, dicho sea “por la patilla”, tras el
fallecimiento de Pedro de Deba, quizás pensando que su viuda se iba a quedar
callada. Pero la carta enviada por los Reyes de Castilla a Iñigo de Artieta
ordenando que Juan Pérez de Loyola devolviese la nave, nos demuestra que no fue así e imaginamos que ésta fue devuelta a su propietaria.
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