ARTURO PERTEGAZ
EL SEÑOR NOTARIO Y SU CHALÉ
El conocido como “chalé del notario” representa una de las estampas más fotografiadas de Deba; hasta tal punto que casi se ha convertido en la imagen o símbolo del turismo debarra. Pero ¿por qué lo del notario? ¿perteneció realmente a un notario? ¿a qué notario?. Pues sí. Efectivamente el primer propietario del bello chalé fue notario y se llamaba Arturo Pertegaz Ruiz.
Arturo Pertegaz nació en 1871 en la población almeriense
de Pulpí. Estudió la carrera de derecho iniciándose en la política en las
filas del Partido Liberal. Más tarde,
con treinta años, sería diputado en el Congreso por la provincia de Almería en
las elecciones del 19 de mayo de 1901. Lo repetiría por segunda vez en las
elecciones celebradas el 10 de septiembre de 1905 dándose de baja como diputado
el 30 de marzo de 1907.
El 8 de mayo de 1905, cuatro meses antes de ser elegido diputado en el Congreso por segunda vez, había aprobado las oposiciones para notarías de tercera clase. Casi tres años después, en enero de 1908, Pertegaz se hace con la plaza de la notaría de Elgoibar localidad a donde debió llegar junto a su esposa Elvira Urso Llorente y sus hijos Julio (con el tiempo también notario como su padre), Arturo y Elvira.
Es en ese momento cuando comienza la historia debarra del notario Pertegaz, aunque cabe también la posibilidad de que el notario conociese Deba con anterioridad, quizás en algún veraneo, pero no existe constancia de ello. Hay que tener en cuenta que por entonces numerosas personalidades de la alta burguesía, de la política y de la aristocracia eran asiduas al veraneo debarra.
Primera página del “Índice de las escrituras matrices y demás actos protocolizados durante el mes de Enero de 1908”, recién estrenado como notario de Elgoibar. En la página aparecen reflejados los primeros clientes del notario en la villa elgoibartarra.
Durante los ocho años que Pertegaz ocupó la plaza elgoibarresa (1908 a 1916), el notario almeriense llevó al parecer una intensa vida social tanto en Elgoibar como en Deba, localidad esta última donde el año 1912 construía su residencia veraniega, el hoy conocido como “Chalé del notario”, una típica villa de las que a menudo gustaban levantar en el costa vasca las familias burguesas de finales del siglo XIX y principios del XX.
El edificio fue construido en un promontorio rocoso sobre
las playas debarras de Santiago y de Lapari y según se lee en
las escrituras, se construyó “en pertenecido de Talaya, Eguia y Monte
Calvario” pertenecido del cual se realizó una segregación para levantar el
chalé.
Llama la atención el topónimo citado como “Monte Calvario”, lo que hace pensar que con anterioridad a esas fechas probablemente existiese algún Vía Crucis que desde Amillaga ascendía hasta Santa Catalina, supuestamente el denominado como Monte Calvario. El topónimo “Talaya” hace mención a la atalaya existente antiguamente en el lugar y que estaba ubicada sobre un peñón que fue dinamitado hacia 1855, poco antes de la construcción y apertura en 1856 de la carretera a San Sebastián. Las grandes rocas, producto de la voladura del peñón, son las que hoy podemos ver entre las playas de Santiago y de Lapari, bajo la “Revuelta de Pólvora”, lugar en el pasado conocido como “Urzuloko Aitza” , “Urzulo aitza”, o también como "Pico de la Talaya".
El túnel de la carretera
situado bajo el chalé es obra posterior y se realizó tras la Guerra Civil, a
principios de la década de 1940. También gran parte de las rocas existentes desde
el final de la playa de Lapari hasta Sorginetxe tienen su origen en la
construcción de la carretera: era más fácil, rápido y económico echarlas a la
playa que transportarlas a otro lugar.
Esta atalaya mencionada debió ser la última de una serie
de atalayas debarras interconectadas visualmente entre sí y era la más cercana al puerto
por lo que se puede suponer que sirvió como punto de aviso de la llegada de
barcos, y de señalización mediante banderas o campana, en las labores del
práctico y atoaje, esto es, de guía y de remolque de barcos para su entrada o
salida del puerto.
También es muy probable que el término “Talaya” mencionado en
las escrituras haga referencia a otra atalaya en el pasado situada algo más
arriba de la montaña, en las faldas de Santa Catalina. Dicha atalaya o “Talaya”
aparece marcada con ese nombre en antiguas cartas y mapas; curiosamente siglos
después fue reutilizada como puesto de vigilancia del cuerpo de miqueletes.
Pero volviendo a nuestro protagonista, decir que en 1913,
Arturo Pertegaz coincidía en Deba con el ministro Fermín Calbetón, también
miembro del Partido Liberal como él, quien
visitó la villa el veinte de noviembre de ese año con motivo de las
obras de encauzamiento de la ría y puerto.
La fotografía fue realizada el 20 de noviembre de 1913 con motivo de la visita de Fermín Calbetón a Deba para supervisar las obras del dique de la margen izquierda de la ría. Calbetón posa con las autoridades locales. De izquierda a derecha vemos a Luis Lasquibar, Guillermo Marquiegui, Romualdo Andonegui, José Joaquín Aztiria, Martín Aramburu, Juan Trecu, Fermín Calbetón, Francisco Ulacia, el notario Arturo Pertegaz y dos personas no identificadas.
Vemos también que en 1929 aparece como titular de la
notaría de Torrente (Valencia), y que once años después, el 13 de julio de 1940
el B.O.E. publicaba la vacante de la Notaría de Cartagena (de primera clase)
por traslación de su titular Arturo Pertegaz Ruiz. Ese mismo año (1940),
pasaría a ocupar plaza en Castellón de
la Plana donde fallecería dos años después en 1942.
El chalé debarra de la familia fue heredado por el mayor
de sus hijos, Julio Pertegaz Urso, notario como su padre.
El heredero mantendría la propiedad del bello chalé hasta
el seis de octubre de 1982, fecha en la que fue vendido a Marina Colina
Tranche. La nueva propietaria, esposa del elgoibartarra José Gabiola Altuna a
quienes algunos recordarán como antiguo futbolista de la Real Sociedad, sigue
ostentando la propiedad del edificio en la actualidad.
Han transcurrido ciento doce años desde que don Arturo Pertegaz tuvo la genial idea de construir su chalé, sobre los arenales de Deba; y como antaño lo hiciera la atalaya, hoy el chalé, con sus dos emblemáticas palmeras, sigue plantando cara a los vientos del Norte y vigilando atentamente cualquier movimiento en la bahía debarra.