sábado, 19 de julio de 2025

 ARTE PARIETAL EN DEBA

DÉCADAS 1960-1970



Pintura mural de Miguel Ángel Álvarez en el cine Zubelzu, realizada en 1961. La escena de la leyenda de la Hilandera muestra al náufrago Gastón en los arenales de Deba. Ante la intención de los debarras de rematar al joven noble francés, se impondrá la voluntad de la señora de Zubelzu quien para protegerlo le llevará a su casa donde se repondrá. (Foto José Mari Urbieta).

Hace años recibí una llamada de cierta persona cuyo nombre no recuerdo y que, según creo, dijo ser profesor de la Universidad del País Vasco. Alguien le había dado mi contacto. Estaba realizando un estudio sobre la pintura mural de Miguel Ángel Álvarez (Tolosa 1927- Donostia 2011), uno de los grandes de la pintura vasca perteneciente a la generación de artistas guipuzcoanos formados en los años de postguerra al igual que sus compañeros Rafael Ruiz Balerdi, Amable Arias, José Antonio Sistiaga, José Luis Zumeta o Eduardo Chillida entre otros.

Mi interlocutor necesitaba localizar unas pinturas murales de este autor que según le habían dicho se encontraban en Deba, pero desconocía su ubicación. Me pilló en frio y en un principio le dije desconocer a qué pinturas se refería, pero tras hablar un rato con él caí en cuenta y le pasé la información que disponía sobre ambas.

La primera, de considerables dimensiones, había sido realizada efectivamente durante los primeros años de la década de 1960 en el pequeño soportal-frontón situado en el exterior de la Escuela Parroquial Nuestra Sra. de Itziar, en la calle Ifarkale, más tarde Ikastola.

Le comenté que aquel mural ya no existía pues con la reforma del edificio al pasar a la red pública vasca de enseñanza, los muros y la obra de arte habían sido destruidos; habían desaparecido. Como es lógico, mi interlocutor mostró su pena por aquella pérdida, y yo de paso también.

       

       
Pinturas de Miguel Ángel Álvarez en el cine Zubelzu, año 1961. (Fotos: José Mari Urbieta).

El resto de las obras en cuestión eran los murales situados en el hall y en la primera planta del cine Zubelzu. Estos murales firmados y fechados en 1961 por Miguel Ángel Álvarez, representan escenas de la Leyenda de la Hilandera con sus personajes protagonistas: Andra Madalen y los jóvenes enamorados Gastón y Katalintxu. Por suerte dichos murales siguen existiendo hoy día y espero que perduren mientras exista el edificio donde se ubican.

Años más tarde, aún en fechas recientes, el pintor Jose Félix Igartua, me comentó que existía otra obra de Miguel Ángel Álvarez en Deba; concretamente en el portal del edificio sito en la Calle Lersundi, 39. Dicha obra yo conocía, pero gracias a Igartua supe quién era su autor.


Pequeño mural de Miguel Ángel Álvarez, bastante deteriorado, situado en el portal del edificio Lersundi 39. (Foto: Alex Turrillas). 


El arte de la vidriera


Vidriera de la cafetería del cine Zubelzu realizada en la década de 1970 por la empresa "Artistas Vidrieros" de Irún. (Foto: Alex Turrillas).

Durante los primeros años de la década de los setenta, y motivado por las reformas de la cafetería del cine Zubelzu, José Ignacio Urbieta, propietario del mismo, solicita a la prestigiosa empresa Artistas Vidrieros de Irún, fundada en 1923, una vidriera para decorar la cafetería de dicho cine. La vidriera muestra una escena, copia en vidrio, de uno de los murales realizados por Miguel Ángel Álvarez en el interior del cine. Fue una de las primeras vidrieras de cemento realizadas en dicha empresa ya que hasta el año 1969-1970 la empresa irundarra tan solo las realizaba en plomo.

Los murales de Iñaki Landa
Durante la conversación telefónica referente a las pinturas de Miguel Ángel Álvarez, comenté a mi interlocutor que, a pesar de no tratarse del autor que buscaba, también existían en Deba dos grandes y maravillosos murales, pero ocultos bajo una extensa y gruesa capa de pintura de esmalte. Su autor era el artista bilbaíno de origen debarra Iñaki Landa y ambos habían sido realizados a finales de la década de 1950 o comienzos de 1960.
Le comenté que en mi modesta opinión eran murales de gran valor artístico. Habían sido pintados para decorar las paredes del "Centro de Jóvenes", una asociación cultural que en su época fue la dinamizadora de la cultura en Deba.
El primero de los murales, de gran colorido, representaba el ascenso a la ermita de la efigie de San Roque, acompañado por los dantzaris y el pueblo. El segundo representaba una escena de baserritarras en la faena de labranza con el maravilloso fondo del monte Arno y la costa debarra, dos joyas que, de no saber quién fue su autor, perfectamente podrían pasar por obras del mismísimo Aurelio Arteta.
Pero por desgracia siempre hay una maldición. A finales de la década de los 80 o principios de los 90, el Centro de Jóvenes se transformó en Gaztetxe y algún iluminado decidió pintar las paredes con Titanlux rojo y negro, cargándose las geniales obras de un genial artista. Desde entonces los murales de Iñaki Landa siguen emparedados como la señora de la leyenda de Irarrazabal.
Por desgracia, la única obra que nos ha quedado en Deba para recordar al pintor bilbaíno tan familiarmente ligado a Deba, son los carteles realizados para las primeras "Fiestas Vascas" celebradas en Euskadi tras la Guerra Civil y que organizadas por OARGI tuvieron lugar con gran éxito en Deba los años 1964 y 1965.

                   
Cartel realizado por Iñaki Landa para la "Fiesta Vasca" de 1964. Fue impreso en Bilbao por la Editorial Indauchu.


El arte psicodélico 
Fue también al inicio de los años sesenta cuando comenzó la gran expansión urbanística de Deba con la consiguiente construcción de nuevos edificios; uno de ellos el situado en la calle Angulero, anteriormente calle Madrid, y en sus origenes travesía de Valmar.
Los portales 2 y 4 del edificio construido por los hermanos Ansola (1964) guardan una curiosidad artística. Procedente de Estados Unidos e Inglaterra había llegado por entonces una corriente denominada "Arte psicodélico" o "Psicodelismo", un movimiento que aunque efímero causó furor en el arte , la moda y la música del momento. En Deba, en los portales citados nos quedan como testigos de ese psicodélico momento dos murales decorativos realizados en pintura y mosaico; aunque desconocemos quién fue su autor, ahí permanecen como mudos testigos del momento.

             
                      Mural en mosaico y pintura en el número 2 de Angulero kalea. Año 1964. (Foto: Alex Turrillas).


Un efímero mural reivindicativo antinuclear

Mural realizado por José Félix Igartua en 1974 referente a la lucha antinuclear. (Foto: J. Félix Igartua).

Una década más tarde. en 1974, vio la luz en Deba un movimiento que en poco tiempo se extendería por todo Euskal Herria: el movimiento antinuclear Ez Deba Nuklear. La empresa Iberduero (actual Iberdrola) tenía prevista la construcción  de tres centrales nucleares en Lemoniz (donde su construcción ya se había iniciado hacía dos años sin oposición), En Ea-Ispaster y en Deba.
La expresión de la voluntad y de la movilización popular nacida en Deba se mostró también en el arte mural. En 1974 el pintor ermuarra afincado en Deba, Jose Félix Igartua, realizaba por iniciativa propia un mural en la calle Hondartza-Arenal con la lucha antinuclear en Deba como tema.
La obra antinuclear de Igartua fue efímera pues con la urbanización de los años 70 desaparecieron los muros que sirvieron de soporte a la obra mural. Desapareció la obra pero también desapareció el proyecto de las tres centrales nucleares, con lo que la pérdida de la pintura no fue una desgracia sino en cierto modo todo lo contrario: una victoria. Para eso había sido realizada.














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