sábado, 18 de diciembre de 2021


                     EL CREDITÓN OTEIZIANO

         AMIGOS SÍ,  PERO…

      EPÍSTOLAS ENTRE UN ARTISTA Y UN DIRECTOR BANCARIO


Hace unos meses recibimos en Kultur Elkartea de Deba una solicitud de ARTIUM, Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco. El museo gasteiztarra nos informaba de que pretendían realizar una exposición bajo el título “Un sitio para pensar. Escuelas y prácticas educativas experimentales de arte en el País Vasco, 1957-1979”. Solicitaban nuestra colaboración.

La exposición estaba programada para realizarse entre el 21 de enero  y  el 12 de junio de 2022. Cuando sea publicado este artículo estará a punto de ser inaugurada.

Para explicarnos los pormenores del proyecto vinieron a Deba los tres comisarios de la programada exposición: Mikel Onandia, Rocio Robles Tardío y Sergio Rubira. En la entrevista también estuvo presente Jose Mari Larramendi, exdirector de la oteiziana escuela experimental de arte de Deba.

Posteriormente tuvimos otra entrevista, esta vez con Mikel Onandia, en la que revisamos el material existente en nuestro archivo sobre la histórica Escuela de Arte Experimental Vasco, creada en Deba por Jorge de Oteiza en 1970.

Seleccionamos fotografías, recortes de prensa y algún que otro documento de aquella época. En una posterior visita de Mikel Onandia acompañe a éste al claustro de la iglesia de Deba para que viese los moldes de cera basadas en las maquetas de los apóstoles de  Arantzazu realizados por Oteiza. Eran piezas que también merecían ser expuestas.

En realidad, según palabras de Jose Mari Larramendi, exdirector de la escuela de arte debarra, aquellos moldes de cera fueron realizados por los alumnos del centro, sin el conocimiento de Oteiza,  para realizar unas esculturas de bronce con cuya venta pensaban podría seguir financiándose el centro artístico y a la vez poder llenar y alimentar sus afligidos estómagos. La escuela tenía serios problemas de financiación y aquello podía ayudar. Cuenta Larramendi que cuando le dijeron a Oteiza lo que habían hecho, por supuesto sin su permiso, al de Orio le pareció una idea genial. Seguramente se sintió halagado por la iniciativa de los jóvenes.

Pero centrándome ya en el tema del titular de este artículo, diré que revisando documentos de aquellos años me detuve en una serie de hojas grapadas de las que dos llamaron poderosamente mi atención. La primera era una carta mecanografiada de Oteiza fechada el 27 de abril de 1970 en Irún, en la Avenida de Francia, 33,  lugar donde por entonces residía con su esposa Itziar. Dicha carta iba dirigida “ Al Sr. Director de Induban. Banco de Financiación Industrial. San Sebastián”, una entidad  filial del Banco de Vizcaya.

El texto comenzaba con estas palabras: “Sr Alberto Abad y distinguido amigo. me permito solicitar a INDUBAN (de acuerdo a nuestra primera conversación ayer) un FONDO ECONOMICO que obedece a un propósito que resumiré brevísimamente en 2 partes (Propósito 1 y Propósito 2) y que espero merezcan la atención de su distinguido equipo directivo”.

Lo de “FONDO ECONÓMICO” queda claro que era un eufemismo utilizado por el artista para referirse a un simple creditón. Pero antes de nada y por si al avispado bancario se le ocurría sugerirle que vendiese parte de su obra para financiarse, Oteiza  deja claro que  desea donar  al  País Vasco toda su obra experimental de escultura y demás legado, el cual irá a parar a un centro al que él llama “ LABORATORIO ACTIVO MODELO para el trabajo, información y proyectos de un escultor actual”.     

En cuanto a los dos propósitos o finalidad del crédito, el primero de ellos iba dirigido a la compra de una casa con jardín destinada a vivienda suya y de su esposa, así como residencia y lugar de trabajo de dos o tres colaboradores suyos. Oteiza no especifica la cantidad económica necesaria para satisfacer este primer propósito.   

El segundo  propósito del crédito es la compra de un horno de fundición industrial para la escuela de Deba, ya que según palabras suyas los escultores vascos se ven obligados a fundir en Madrid, donde según él lo hacen mal y tarde.  Asimismo comenta que hace tiempo quiso crear, junto al escultor Berrocal como socio (Miguel Ortiz Berrocal), una fundición internacional en Vitoria donde ambos pensaban instalarse. Comenta que en Deba, junto a su ayudante y colaborador  Koldo Azpiazu está  “ tratando de montar unos talleres de arte con la fundición artística como  núcleo industrial”.  El importe solicitado  para satisfacer este propósito, el comentado horno de fundición, es de dos millones de pesetas . Deja claro que de los dos propósitos, el más urgente es el segundo, es decir, el del horno.

 La respuesta del banco.

La carta con la respuesta de INDUBAN a la solicitud de crédito de Oteiza está fechada en San Sebastián el 25 de mayo de 1970, casi un mes después de la solicitud. La carta demuestra que los bancos y sus directivos no han cambiado a pesar del tiempo transcurrido: la pasta es la pasta  o dicho en inglés “business are business”.

Tras un cariñoso “Mi querido amigo” el director de la sucursal donostiarra de INDUBAN (Alberto Abad) comienza su carta exponiendo al artista que su solicitud de crédito será estudiada como una más de las presentadas por el resto de clientes. Eso sí, deja claro que el banco tiene que tener perfecta garantía de la rentabilidad del crédito y del patrimonio de las personas que estén dispuestas a garantizar el mismo. Esto por si Jorge no se ha enterado. Lo de siempre.

Y para que todo quede claro el “amigo” le detalla cuatro puntos bien numerados  que son condición indispensable  para que la entidad bancaria comience a estudiar el asunto.

El primero de ellos, el más “light”, requiere información sobre el personal del taller de fundición , cualificación de éste, etc. etc. etc.

En el segundo se le solicita información sobre la inversión prevista, forma de pago prevista para dicha inversión, etc. etc. etc.

En el tercero se le pide un análisis de la previsible cuenta de explotación, con detalles tan concretos como el de las piezas que se prevé serán fundidas diariamente, así como una previsión de las ventas durante los próximos 24 meses y otros detalles como la política o actividad comercial del futuro taller de fundición.

Para finalizar, en el cuarto punto se encuentra la “madre del cordero”, la esencia del porqué de la banca y su negocio:  “Descripción de los bienes y valoración de los mismos de Don Jorge de Oteiza. Idem de los posibles garantes, señalándonos, de cada uno de ellos, nombre y Bancos con los que actualmente trabajan”.

La carta finaliza con el mismo “cariño” con la que ha comenzado:

“En espera de sus noticias, reciba un fuerte abrazo de su amigo,

Alberto Abad “.

Al escribir este artículo no puedo dejar de sonreír pensando en la cara que pondría el amigo Oteiza al leer la respuesta del banco a su solicitud; me lo imagino echando sapos y culebras y maldiciendo a todo el gremio bancario. Un verdadero artista, como Jorge, no estaba hecho para templar ese tipo de gaitas.

¿Qué cómo acabó la historia del creditón? Pues simplemente en agua de borrajas. El crédito no prosperó; eso sí, el horno llegó a la escuela pero a través de otras vías.

Para saborear con más detalle ambas crediticias epístolas, adjunto las dos cartas; la del artista y la del director de INDUBAN.




 

            



miércoles, 3 de noviembre de 2021

LA OTRA HISTORIA DE SASIOLA


                                          LA OTRA HISTORIA DE SASIOLA

El pasado 21 de octubre tuve el placer de dar en Aiete (Donostia) una conferencia con este título. Y como no podía ser de otro modo, también la daré en Deba, mi pueblo. Será el próximo 12 de noviembre, viernes, a las 19:00 horas.

Este año se conmemora el 500 aniversario de la batalla de Villalar, hecho que tuvo lugar durante la Guerra de las Comunidades de Castilla. Curiosamente el convento franciscano de Sasiola, en Deba, guarda una gran relación con esa efeméride pues fue lugar de reunión de los jefes comuneros guipuzcoanos. Además un fraile de dicho convento, fray Pedro de Elorriaga, fue uno de los dos representantes de éstos ante la Santa Junta Comunera de Tordesillas.

Quedáis invitados a la conferencia que tendrá lugar en la sala de Kultur Elkartea.



 

 


 

miércoles, 23 de junio de 2021

 

RECUPERADO UN INTERESANTE DOCUMENTO

 DE LA PARROQUIA DE ITZIAR

 

 
Portada del "Libro de Matrícula de la Parroquia de Iciar".Gran parte del pergamino de ésta probablemente fue comido por los ratones.

El pasado mes de mayo Patxi Aizpitarte, párroco de Ias iglesias de Itziar y  Deba me comentó que había recibido una información sobre la existencia  de un interesante documento del archivo parroquial de Itziar. Dicho documento estaba a la venta en un conocido establecimiento de libros antiguos de la capital bizkaina, concretamente en la librería Astarloa.

También  me refirió que había contactado con dicho establecimiento  y que su responsable le había comentado que lo iban a retirar inmediatamente de la venta y que estaba dispuesto a donarlo a la parroquia Itziartarra para así enriquecer el fondo documental de ésta. Se trataba de un Libro de matrícula de dicha parroquia  cuyas anotaciones tienen su inicio el año 1887 y finalizan en 1902.

Me pareció interesante el tema de su recuperación y acordamos ir juntos a Bilbao con la voluntad de que el preciado documento volviese tras muchos años a su lugar de origen. Y así lo hicimos el día 19 de ese mes.

El trato por parte del anticuario, Javier Madariaga, fue exquisito y a cambio de la donación tan solo pidió que el párroco firmase la recepción de dicho libro para que así constase en el registro.

Ambos teníamos interés por saber cómo el valioso documento había llegado de Itziar a Bilbao y la incógnita quedó rápidamente despejada.

El libro de matrícula formaba parte de un ingente lote de papeles, libros, fotografías y carteles que la librería bilbaína había comprado a los herederos de quien fuera miembro de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, el insigne investigador e infatigable trabajador  de la cultura, Juan Antonio Garmendia Elosegui.

El hecho de que dicho documento apareciese referenciado como  “LIBRO DE MATRICULA Y CONFERENCIAS LITURGICO-MORALES PARROQUIA DE ITZIAR, GIPUZKOA AÑOS 1887 A 1936”  nos hizo ver que dicho manuscrito formó parte de una serie de volúmenes cuyo paradero desconocemos y que finalizaban con los registros del año 1936. En realidad, el título del volumen en cuestión es “Libro de matrícula de la Parroquia de Iciar. Dá principio en el año de 1887”.

Como al estar jubilado dispongo de más tiempo que mi amigo párroco, quien como suele decirse anda más liado que la sandalia de un romano, al llegar a Deba le pedí me dejase el documento para estudiarlo y a la vez sacar una cuantas fotografías del mismo. El resultado es este artículo que pienso puede ser de interés para las gentes de Itziar en particular y de Deba en general, pues representa la historia gráfica detallada de los barrios, casas, caseríos y personas que vivieron en Itziar durante esos años.


 





Portada interior del libro y primera página del mismo, correspondiente a "Iciar" calle.

Características

El libro tiene un formato exterior de  32 x 23 cm.(apaisado). Las portadas son de pergamino (de cordero, cabra o carnero) pegado sobre cartón duro; lo que técnicamente se conoce como “a la romana”.

El estado del pergamino, sobre todo en la portada, está muy deteriorado; la contraportada se encuentra en mejor estado, y en el lomo el pergamino ha desparecido por completo. La encuadernación es tipo “rústica” (cosida al hilo vegetal).

El interior del libro, manuscrito, se encuentra en relativo buen estado y la buena conservación de las tintas permite la lectura sin esfuerzo.











Libro abierto donde se aprecian las 13 casillas en cada página, rellenas con los datos de cada uno de los feligreses.


Contraportada del "Libro de Matrícula". El pergamino se encuentra en mejor estado que en la portada.

El contenido

El libro consta de un número total de 426 páginas, aunque las numeraciones de éstas a veces no corresponden a lo que es una página, sino a una hoja.

En la cabecera de todas las páginas, centrada en cada una de ellas, puede verse el texto impreso “Calle de………”con una serie de puntos suspensivos, impresos para ser rellenado ese espacio con el nombre de los diferentes barrios o del casco urbano de Itziar, pues en el contenido se hace diferencia entre Itziar calle e Itziar barrios.

Debajo de la cabecera se sitúan trece casillas que corresponden a los siguientes datos:

- Número de orden (de la persona registrada).

- Número de las casas (que al carecer de número esta casilla se

  rellena con el nombre de la casa o del caserío).

- Piso.

 - Nombres y apellidos (de todos los feligreses).

 - Naturaleza (lugar de nacimiento de cada uno).

-  Edad.

-  Estado (civil).

 - Profesión.

 -Tiempo de residencia (en Itziar).

 - Confirmación (sí o no).

 - Primera Comunión (sí o no).

-  Precepto Pascual (sí o no).

 - Observaciones.

En este último apartado aparecen todo tipo de observaciones pero al finalizar cada año y en cada uno de los barrios, en esta casilla se hace un resumen. Así tenemos que en 1887 en el barrio de Elorriaga había 140 feligreses , de los cuales cien estaban “Obligados a la comunión pascual” y “No obligados a la comunión pascual, cuarenta”.


       
 Año de 1887. Última página correspondiente al barrio de Elorriaga. En ella aparecen los datos de los feligreses de los caseríos Villabier, Errecacho y Aranberri garaicoa. A la derecha, en las observaciones, el resumen del barrio: Feligreses 140. Obligados á la comunion pascual, 100. No obligados a la comunion pascual, 40.                     

Las casas en el casco urbano de Itziar

El libro de matrícula diferencia entre lo que es el casco urbano de Itziar y los barrios. Es más, quedan incluso diferenciados del resto de barrios los caseríos pertenecientes al barrio de Itziar, es decir, los más próximos al casco.

El documento nos ofrece información detallada con los nombres de las casas y caseríos, muchos de ellos desaparecidos en la actualidad. Es interesante ver cómo prácticamente todas las casas del casco urbano de Itziar tenían su nombre. A veces este hacía mención a la profesión de su propietario, a su nombre, a su apellido, a su caserío o pueblo de origen, o incluso a alguna característica física de quien la habitaba además del uso al que estaba destinada la casa. Así tenemos que las casas de esa época aparecen registradas con nombres como:

-      Carterocua, Confiterocua, Organistacua, Zapataricua, Medicocua, Caminerocua, Barberocua, Herrerocua, Rementericua, Vicariocua, Cesterocua, Maisuena, Aguardentecoa, Alambratzallecoa.

     Roquenecua, Gasparrenecua, Martincoa, Antoni motzanecua, Isasicua, Chinchocua, Bisimodu, Anducenea, Arteondocua, Erreten berria, Erreten zarra, Arrietacua, Ormaechecoa,  

    San Martingoa, Pagatzacua, Larrascandanecua, Irurecoa, Otolanecua, Guetarienea, Cegamanecoa, Orionecua, Azcuenecua,

Hospitalecua, Dendaberricoa, Taberna zarra. 

 Plazacua, Calzadacua, Errondacua,Erretenberria, Crucelai zarracua.


Barrios y caseríos

En cuanto a los barrios, decir que aparecen reflejados los siguientes barrios, con sus correspondientes caseríos y habitantes de los mismos. Los transcribo  con la grafía original del documento, tal y como aparecen:

Barrio de Iciar. Barrio de Eguia. Barrio de Ichaspe. Barrio de Arriola. Barrio de Mardari. Barrio de Elorriaga. Barrio de Lastur bea. Barrio de Lastur goya. Barrio de Endoya. Barrio de Arbioscoa.

No aparece en el libro de Matrícula el barrio de Sasiola, la zona de Artzabal ni algunos caseríos situados en las vertientes o laderas  que dan hacia el río Deba como algunos caseríos del barrio de Eguia, caseríos que salvo alguna rara excepción ya existían por entonces.

Así, en el barrio de Egia no aparecen reflejados los caseríos Ermita (Santa Katalina), Etxeberri, Buenos Aires, Iparraguirre o Artamendi. Tampoco aparecen los caseríos Bista ona (Pistona)  Santixo, San Roke, Iztiña, Goikoetxe, Antsondo, Miraflores (Millapros)  y todos los caseríos de Sasiola. La razón es bien sencilla y es que secularmente todos esos caseríos y sus gentes eran registrados y matriculados en la parroquia de Deba, no en la de Itziar.

Tampoco aparecen citados los caseríos ya desaparecidos, situados en Arronamendi, junto al túnel, habitados por las familias Egaña y Gorritiberea, y ya mucho más tarde también por la familia Larramendi. Es posible que de existir ya en aquellos años, también estuviesen adscritos a la iglesia parroquial de Deba.

Tampoco aparecen los caseríos pertenecientes a Garagartza, en Mendaro, barrio cedido por el Ayuntamiento de Deba en 1889 al Ayuntamiento de Elgoibar. Todos los caseríos de ese barrio, como Mantarregui, Alkorta, Berasaluze… etc. estaban matriculados en los libros de la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de Garagartza, iglesia dependiente hasta ese año de la matriz de Santa María de Deba.

 Las personas  registradas

En 1887 aparecen registradas como feligreses de la parroquia de Itziar 1.642 personas. Con el conjunto de todas las personas registradas en el documento, tanto en el casco urbano como en los barrios, podría hacerse un interesante estudio sociológico en el que los apellidos que aparecen en cada uno de éstos nos hablan de la endogamia en tiempos pasados. Podemos ver que incluso cada barrio tiene sus apellidos predominantes. Queda claro, por poner un sencillo ejemplo, que los Aguirregabiria son de Lastur Goia y del vecino barrio de Endoia, con raíces en caseríos como Ezteia, Txarrantxola o Ziolar. Y como muestra un dato: en las matriculaciones de esos años no aparece ningún Aguirregaviria en el barrio de Elorriaga. Había que buscar novia lo más cerca posible.

Algo parecido ocurre con los Echave y Sorasu en el barrio de Elorriaga donde a menudo aparecen en los caseríos Echenagusia, Sorasu y Arantza (no aparece ningún Echave o Sorasu en “Lastur Goya o Endoya”, o los Mancisidor y Subinas de Itxaspe, apellidos todavía hoy muy frecuentes en ese barrio.

En lo referente a este tema quisiera resaltar un dato anecdótico. Se trata de Lázaro Astigarraga Juaristi, del caserío “Endoya torrea”, el mayor de los hijos del matrimonio formado por José Astigarraga y Oyarzabal, y por Josefa Juana Juaristi ambos naturales de Azpeitia y Azkoitia respectivamente. Lázaro que en 1887 contaba veinte años había nacido según consta, en Arrona; seguramente en algún caserío de Endoia perteneciente a Arrona. Como mayorazgo heredaría el caserío y pasado el tiempo sus descendientes serían conocidos y aún hoy lo son con el sobrenombre de Laxao o Lasao, deformación del nombre de su antepasado “Lázaro” Astigarraga.  

 Sus profesiones

Es significativo ver cómo en 1887en el casco urbano de Itziar existían profesionales de labores y negocios hoy desaparecidos o ya sin actividad. Ese año el listado de profesionales solo en el casco itziartarra (calle) era el siguiente:

Presbítero, organista, sacristán, agrimensor, maestro de enseñanza, médico, panadero, zapatero (varios),  tejedor (varios), ebanista, carpintero, estanquero, caminero, albañil, costurera (varias), alpargatero (varios), cestero, herrero, peón, labrador, sirviente. Era normal que en una misma familia varios miembros se dedicasen a la misma actividad. En 1892 vemos cómo José Manuel Aguinagalde Ostolaza, de la casa Orionecoa, trabaja como ebanista junto a su hijo Juan José Aguinagalde Loyola.

En 1890 y 1892 vemos registrado como organista a un joven virtuoso de 17 años llamado Agustín Uzcanga y Aizpurua, residente en la casa Organistacua.  

Esa variedad de profesiones existentes en el casco urbano no existe en el resto de barrios donde lógicamente la profesión predominante es la de “labrador” (baserritarra). Algunos caseríos, los pudientes, contaban con un “sirviente” (morroi) lo que hace engrosar el número de estos profesionales en los barrios.

Como ejemplo tenemos el caserío Olano, en el barrio de “Lastur goya” . Vemos que en 1887 estaba habitado por Ignacio Mª de Unanue Izaguirre, de 69 años, y por su esposa Mª Tomasa Gainza y Martija, de 60. Con ellos convivían el hijo del matrimonio, Ángel Antonio Unanue y Gainza, de 26 años, y la esposa de éste, Victoria Albizu Salegui, de 24 años, así como la hija pequeña de los propietarios, Manuela Unanue Gainza, de 18 años, soltera.

En el libro de matrícula podemos ver que la familia Unanue tenía un joven “sirviente” (morroi) , en realidad un niño,  Agustín Landa, de 13 años y natural del barrio de Azpilgoeta en Mendaro.








1887. Caserío Olano. Puede observarse que en esa época, el caserío contaba con un "morroi" de 13 años llamado Agustín Landa, natural de Azpilgoeta de Mendaro.

       Caserío Olano, en Lastur "goya".

Pero curiosamente también podemos ver que aunque la profesión mayoritaria en los barrios era la de labrador o “sirviente” (morroi), algunos, aunque muy pocos, preferían salir a trabajar fuera del caserío en otras labores, generalmente como caminero o carpintero.

Tal es el caso de uno de los numerosos camineros itziartarras, aunque curiosamente en este caso nacido en Elduayen, José Beloqui Sarasola, de 46 años, casado en el caserío “Santuaran cadena” con la itziartarra Josefa Elorza Uranga. O también como Ramón Aguirregaviria y Uranga, uno de los carpinteros con origen, en este caso, en el caserío Esteya andia de Lastur Goya.

Un dato sumamente curioso es que en lo referente a las profesiones, entre los años 1887 y 1892 tan solo hay una que se sale de la norma, la de marinero. Se trata de José Galdós y Galzagorta, que aunque natural de Zumaia estaba casado en el caserío Aranberri venta berria, en Elorriaga.

 

Maestros, médicos y sacerdotes.

El primer maestro registrado en 1887 en Itziar (calle) es Dn. Santiago Tellería y Tellería, un joven de 22 años natural de Mutiloa y residente en Itziar desde 1885.

Ese año (1887), en la segunda escuela de Itziar, la de Lastur aparece como maestro Dn. Miguel Uzcanga y Ansótegui de 52 años, viudo, natural de Itziar y residente en el caserío Goicola zarra.

En la tercera de las escuelas, la de Elorriaga, tenemos a Dn. Baltasar Badiola, soltero de 51 años, natural de Arrona y residente en el caserío Loperza. 

Es sumamente interesante el hecho de que hasta 1892 todos los maestros, o maestras como la abadiñotarra Remigia Garaitaonaindia Iraurgui, registrados en el libro son gipuzkoanos o bizkainos. Pero ese año puede verse que comienzan a llegar maestros de fuera. Así vemos que en la casa “Maisuenea” reside  el maestro Dn. Paulino Cordón e Ibañez, natural de Alcanadre (La Rioja). Junto a él, su esposa Matea Cordón Carbonero, de Villar de Arnedo (La Rioja) y sus tres hijos.

En cuanto a los médicos, el primero en ser registrado en el libro es Dn. Manuel Berrosteguieta y Atristain, de 41 años y natural de Elgoibar. En 1891 sería sustituido por Dn. Apolinar Ezcurdia y Orroz, natural de Villabona, viudo y residente en la casa Medicocua junto a sus dos hijos y una joven sirvienta natural de Abadiño.

Referente a los curas decir que, por entonces, todos residían en Itziar (calle). El primero registrado en el libro (1887) es Dn. Ignacio Zubelzu y Cincúnegui, de 72 años, natural de Deva y residente desde hacía diecisiete años en la casa Vicariocua. Además de él, había otros dos curas, ambos hermanos, naturales de Mendaro Azpilgoeta y residentes en la casa Plazacua: Elias Irure Ozaeta, de 45 años, y Joaquín Irure Ozaeta, de 39.

Otro dato a resaltar es que generalmente los sacerdotes vivían acompañados a veces por los padres, alguna hermana, sobrina o sirvienta.

 

Listado de caseríos por barrios (año 1887).

(Con la grafía original del documento).

Barrio de Iciar (próximos al casco): Ibia zarra, Malcorra, Goenaga, Echaiz, Ibia berria, Tellería, Chapaista, Araquistain, Echeistan.

Barrio de Eguía: Doniane chiquia, Aguirre Zubillaga andia, Aguirre Zubillaga chiquia, Olauni, Aquebarro, Olave, Doniane andia, Ansorregui azpicoa (caserío doble), Gastañeta, Ansorregui garaicoa, Zavale, Ansorregui erdicoa, Olloqui erdicoa, Olloqui azpicoa, Olloqui garaicoa, Murguizabal, Achilli.

Barrio de Ichaspe: Gainza chiquia, Usarraga chiquia, Usarraga andia, Errota berri, Iturrita, Inchusburu, Chertudi garaicoa, Chertudi azpicoa, Gainza Echeverri zarra, Mendata, Usarraga beña, Saconeta, Gainza andía, Gainza Echeverri, Gainza venta, Larraguibel (caserío doble), Sagarminaga, Usabedarza, Urteaga, Igarza, Uzcanga berría, Utarza, Usarraga maisucoa, Usarraga santi, Gainza erdicoa, Uzcanga azpicoa, Macasti, Uzcanga garaicoa, Asti.

Barrio de Arriola: Arriola chiquía, Arriolaperla, Arriola beña, Arriola mote, Arriola goenaga, Lizarrarán, Pagatza, Arraga, Eguzquiza, Zavaleta, Iturrondo.

Barrio de Mardari: Irure anduz, Usarrua, Andusoro, Saleche, Metale, Soldadusoro, Garabán, Azcona Zulueta, Albaliz, Cisurrola (caserío doble), Benitosoro, Santuarán cadena, Santuarán venta, Santuarán garaicoa, Santuarán azpicoa, Guerrategui, Erlete garaicoa, Erlete azpicoa (caserío doble), Urain, Urainciar, Presalde (caserío doble), Zubelzu zarra (caserío doble), Zubelzu berría, Zozobarro, Zubelzu torrea, Madaricelay.

Barrio de Elorriaga: Sorasu andía, Sorasu berría, Sorasu chiquía, Ermita, Bartolocua, Echenagusia, Pagoeta, Galarreta, Polión, Andresenecoa, Aranza aspicoa, Aranza garaicoa, Urberuaga, Sagarbide caminero, Sagarbide, Echeberri, Loperza, Saconberri, Aranberri ventaberri, Aranberri azpicoa, Villabier, Errecacho, Aranberri garaicoa.

Barrio de Lastur bea : San Nicolás, Ostatu berría (caserío doble), Martin suis (Martin Zuri), Cabildo chiquia, Tetuangoa, Leizaola chiquía, Abeleche, Capillaocoa, Obieta berría, Arruan zarra, Sustrayaga, Cortaberri, Areizaga, Leizaola andía, Plazaola, Torre chiquía, Araneta, Iturcho, Arteaga, Aguerre, Arruan andía, Elorrozu, Obieta zarra, Yndo Iturri, Yndobitarte, Arrascaeta, Lizarreta.

Barrio de Lastur goya: Goicola zarra, Gaztañadi, Ugarte zarra, Aristondo, Albizuri, Cigarán zarra (caserío doble), Cigarán andia (caserío doble), Charranchola, Esteya andía, Olano, Aldazabal (caserío doble), Murguimendi, Murgui berría, Murgui zarra, Cigarán Chiquía, Esteya chiquía, Sorarte, Artajalegui, Goicola berría, Sacona.

Barrio de Endoya: Endoya torrea (caserío doble), Pozualdea, Acain, Ciolar berría, Beliosoro erdicoa, Beliosoro garaicoa, Goicibar, Escapayo, Ciolar becoa, Beliosoro becoa, Chancarta, Olazabal garaicoa, Ciolar goicoa, Olazabal azpicoa (caserío doble).

Barrio de Arbioscoa: Ugarte berría, Sorozarreta, Bacarcoa, Sacabiaga zarra, Aitola berría, Yruerrequeta, Aguieta, Usarruena, Zavaleta, Sacabiaga berría, Urquidi, Celay luce, Cortacho, Sagarreta.


Para finalizar quisiera hacer un comentario. Alrededor de setenta de los actuales caseríos de Itziar ya aparecen citados en el libro de apeos del municipio de Deba, realizado entre los años 1.482 y 1.483. También aparecen mencionados en el libro de matrículas de 1887. En pocos años desgraciadamente hemos perdido muchos de ellos.

Nuestros caseríos son un patrimonio que estamos obligados a preservar y mantener. Y si ello no es posible y se levanta uno nuevo sobre las viejas piedras, estamos moralmente obligados a conservar al menos su nombre para que no queden borrados de nuestra historia.  

  


miércoles, 17 de marzo de 2021

DOS CANOAS INDIAS EN DEBA

 

  DE FRANCISCO DE SORARTE A GAIZKA TXURRUKA


    



El pasado mes de febrero, concretamente los días 23 y 24, un equipo de Televisión Española  estuvo realizando en Deba la grabación de parte de uno de los capítulos del programa Agrosfera, emitido los sábados en el segundo canal de la televisión nacional. Dicho programa gira en torno a temas de agricultura, pesca, medio ambiente, gastronomía, historia  y cultura.

Fuimos varias las personas que intervinimos, cada cual con un tema aunque con los consabidos límites del crono pues, a pesar de que había mucho que contar, la limitada duración del espacio obligaba a ser breves y concisos. Yo me centré en la iglesia de Santa María de Deba y su relación con la actividad comercial del puerto de esta población durante los siglos XV, XVI y XVII : la exportación de los productos elaborados en las ferrerías de la cuenca del Deba (armas blancas y de fuego, herrajes, herramientas, clavazón etc.),  la exportación de lana castellana, la actividad corsaria, y por último las campañas balleneras de los barcos debarras en Terranova.

Y respecto a esta última actividad, la ballenera, hice varios comentarios que debido a la curiosidad de los hechos sorprendieron a Angel Sánchez, guionista del programa. Hablando de los balleneros debarras y vascos le comenté algo que ya había escrito en otro de mis artículos y que ahora de forma resumida lo vuelvo a repetir por si alguno lo desconoce. Y a ello ligo por su anecdótico interés la historia de dos canoas indias; la primera la traída por el capitán ballenero debarra Francisco de Sorarte desde Terranova a Deba; la segunda, la construida por Gaizka Txurruka en su taller de Osio, también en Deba.


       Fotografía del escudo  labrado en piedra arenisca situado sobre el dintel de la puerta del caserío Urasandi en la ribera mutrikuarra de la ría de Deba , edificio incendiado en 1987. Dicho escudo se encuentra actualmente en el Euskal Itsas Museoa de Donostia. Los  Arriola de Urasandi fueron importantes mercaderes y constructores de naos que realizaban sus campañas en Terranova.


Durante el verano de 1620 Francisco de Sorarte, capitán de un galeón  de Deba, se encuentra en Terranova cazando ballenas. Cierto día ve pasar ante su barco una canoa en la que van embarcados un hombre y su mujer con una pequeña criatura, probablemente pertenecientes a la tribu de los beothuk o de los micmac, nativos de aquella isla. El buen capitán se compadeció de la pobreza de aquellas gentes y mientras su nave permaneció en aquel lugar se encargó del bienestar de aquella familia. Pero no contento con ello pensó que lo mejor para aquellos pobres sería llevarlos a su casa e instruirlos en nuestra Santa Fé para hacerles participantes de las riquezas del Cielo.

Y efectivamente así lo hizo. Finalizada la campaña, no solo embarcó en su nave a la pareja con su tierna criatura sino también a la canoa de éstos, retornando al puerto de Deba.

Narraba don Pedro Joseph Aldazabal Murguia, párroco de Deba e Itziar que el pobre indio salió tan bravo y montaraz que fueron inútiles todas las diligencias, y fue preciso tenerle todo el año en prisiones por su crueldad y sevicia, siendo devuelto a su tierra en la posterior campaña ballenera. No sucedió lo mismo con la mujer y la niña las cuales fueron bautizadas en Itziar y allí se quedaron, aprendieron la lengua bascongada y murieron. Por cierto, a la niña se le puso el nombre de Maria de Iciar.

La ilustración nos muestra el aprovisionamiento de una nao debarra antes de partir a la campaña de Terranova.


BALLENEROS VASCOS EN AMERICA

Líneas arriba comentaba las referencias de Aldazabal Murguia sobre la belicosa actitud del aborigen expatriado y repatriado a su tierra. No es de extrañar que fuese así pues es fácil imaginar que al pobre hombre poca gracia le debió hacer que le trajesen a una tierra desconocida, seguramente contra su voluntad. La crueldad y sevicia de éste que menciona el señor párroco, puede tener una explicación ya que, al parecer, tanto los beothuk como los micmac debían ser tremendamente belicosos entre ellos hasta el punto de cortar la cabellera  a sus enemigos como trofeo de guerra.

Pero a  pesar de algunos enfrentamientos entre marinos vascos e indígenas americanos como está documentado: en trece de octubre de mil seiscientos y trece vino la nueva de cómo en Terranoba en una nao de San Sebastián mataron los salvages a Lucas de Andonaegui y Joan Martinez de Chripsto con otros tres marineros de la dicha nao…

a pesar de ello, las relaciones entre vascos e indígenas fueron buenas por conveniencia para ambas partes. Los marineros vascos sacaban un buen sobresueldo cambiando hachas, cuchillos, o la sidra de sus raciones por pieles que serían posteriormente vendidas en Europa a muy buen precio. Además, los indígenas colaboraban con los vascos como exploradores, algo necesario en unas tierras y costas desconocidas para estos últimos.

Esa relación comercial y social conllevó el que se crease un pidgin o argot mezcla de euskara y algonquino, lengua matriz de los idiomas hablados por las tribus de la zona, tanto en Terranova como en la continental canadiense de Labrador y el golfo de San Lorenzo, (beothuk, micmac, montagnais e innui sobre todo).

En 1625 el cronista de Lezo Lope Martínez de Isasti, coetáneo del capitán ballenero debarra Francisco de Sorarte escribía:

En región tan remota como Terranova han aprendido los salvages montañeses con la comunicación que tienen con los marineros bascongados, que van cada año por el pescado bacalao, que entre otras cosas preguntándoles en vascuence: nola zaude, cómo estás: responden graciosamente: Apaizac obeto, los clérigos mejor: sin saber ellos, qué cosa es clérigo, sino por haberlo oído. Hablan y tratan con los nuestros, y ayudan á beneficiar el pescado en la ribera á trueque de algún pan bizcocho y sidra que allá no tienen ellos.

Está claro que los indios aprendieron por lo menos a chapurrear en  euskara y otro tanto los vascos a defenderse en las lenguas y dialectos indígenas. Así lo demuestra el historiador  Esteban de Garibay (1533-1599) al referirse a los indios canadienses quienes según él no tenían problema en el aprendizaje de la lengua bascongada:

…puesto  que los marineros de la Provincia de Guipuzcoa y del Señorío de Bizcaya y el País de los Vascos van cada año a la tierra recientemente descubierta (Terranova) para pescar y cazar, los salvajes de aquella región aprendieron su lenguage cántabro a pesar de la breve comunicación, de tan poca duración, que mantienen con la gente de aquí una sola vez al año, durante un periodo de menos de tres meses. Y esa gente privada de razón y organización es capaz de aprenderlo, cuanto más fácilmente podría la gente de vida respetable de nuestro viejo mundo.

Fotografía tomada en la sacristía de Itziar donde puede observarse la canoa traída por Francisco de Sorarte en 1620.

¿Y QUÉ FUE DE LA CANOA?

Efectivamente, la canoa llegó al puerto de Deba y a modo de ofrenda o exvoto  permaneció durante siglos en la sacristía del conocido santuario mariano de Itziar. Por desgracia la canoa ya no existe pues a finales de los años sesenta del siglo XX, quizás siguiendo los aires reformadores  del Concilio Vaticano II, que afectaron incluso a la decoración de los templos, aquella etnográfica e histórica reliquia fue inexplicable y equivocadamente retirada de su sitio acabando al parecer en la basura. Por suerte se conserva una fotografía de la misma que da fe de su pasada existencia.

 Yo, más cerca de los setenta que de los sesenta, recuerdo perfectamente aquella canoa traída desde Terranova. Sí, la  recuerdo con su casco forrado con pieles de foca y rodeada de otros exvotos  como grilletes de cautivos liberados en Argel, muletas, maquetas de barcos… Una verdadera pena haber perdido aquel  histórico legado.

 

LA CANOA DE GAIZKA TXURRUKA

Posando junto a su canoa.



El debarra Gaizka Txurruka es lo que se dice un verdadero artista. A sus treinta y nueve años tiene la experiencia de un profesional de sesenta. En 2005, con tan solo veintitrés años obtuvo el Primer Premio del III Concurso Nacional de Ciclos Formativos de la Madera y el Mueble. En sus horas libres lo mismo fabrica una prensa para la uva que una zanfoña medieval que una canoa india. Y esto último es lo que precisamente está haciendo en estos momentos. Gaizka es conocedor de la historia de aquellos aborígenes americanos que llegaron a Deba a bordo del galeón ballenero de Francisco de Sorarte y ha tenido la delicadeza de recibirme en el taller de carpintería de su familia, los Txurruka, una conocida saga de ebanistas debarras.  

La canoa que está construyendo “Txurru” poco tiene que ver con la que hace años vi colgada en una de las paredes de la sacristía de la parroquia de Itziar. La que yo recuerdo era mucho más burda y rústica. Además estaba forrada con pieles de foca.

La construida por Gaizka tiene unas medidas de 3,5 m de eslora, 69 cm de manga y 30 cm de puntal; es en lo único que podría asimilarse a la que llegó de Terranova al puerto de Deba en 1620, aunque estoy seguro de que aquella era algo más pequeña.

Construida con madera reciclada de pino, salvo los motivos decorativos taraceados en sus amuras (abeto, sapeli y sucupira)  y la roda en madera de fresno, el acabado de la canoa de Gaizka es de lujo si lo comparamos con la desaparecida canoa traída de Terranova por Francisco de Sorarte.

Detalle de los motivos decorativos taraceados con diversas maderas como abeto, sapelliy y sucupira. 


Gaizka observando los planos de construcción.

La estructura ha sido realizada en base a planos y libros comprados en la Columbia Británica (Canadá)  y en Estados Unidos. Lo más fácil ha sido  hacerse con el “astillero” y las herramientas ya que disponía del gran taller de su familia. No obstante él mismo se ha fabricado un horno de vapor para cocer y dar forma a la madera.

A pesar de no poder meter todas las horas que a él le gustaría pues vive de su trabajo y no de su afición, Gaizka ha comenzado a construir una nueva embarcación, un kayak de 4,26 m. de eslora. Y cuando termine su primera canoa comenzará a construir un nuevo kayak de 5,5 m. de eslora. Me comenta que esa será para navegar en mar abierto.

Antes de despedirme le pregunto cuándo será la botadura, y sonriendo me dice que aún no lo sabe. Le animo que sea para San Juan, antaño en plena campaña ballenera en Terranova.

Gaizka junto a su compañero de trabajo "Argi".