martes, 23 de febrero de 2016

AQUELLOS VIEJOS CAPITANES

                               INDIOS AMERICANOS EN DEBA 

A menudo, cuando veo la falta de calidad de los actuales guiones cinematográficos, suelo acordarme de un hecho real que merecería ser plasmado en el mejor de los celuloides.
Sucedió hace muchos años, concretamente en 1620 y sus protagonistas fueron el capitán de balleneros debarra Francisco de Sorarte y una familia de nativos americanos que tras ser embarcados contra su voluntad en un navío vasco, fueron traídos junto a la canoa en la que navegaban, al puerto de Deba. Como testimonio del hecho, en mi anterior entrada mostraba una fotografía de dicha canoa, conservada como exvoto hasta fechas relativamente recientes en la sacristía del santuario de Itziar.




Vidriera de absoluto sabor marinero dedicada a la Virgen de Itziar
 y situada en la capilla de esta Virgen en la iglesia parroquial de Deba.
Alrededor de la nave, la leyenda "Agur Itziarko Birgiña Ederra Agur Ama
Maite Itzasoko Izarra".

Francisco de Sorarte
La historia de Francisco de Sorarte, "Soarte" para los debarras, es la de un "Quijote" bascongado que con tal de cumplir sus designios, espiritualmente hablando, no se le ocurrió otra cosa que raptar a un matrimonio indio y a su pequeña hija y traerlos al puerto de Deba.
Al pobre indio no debió hacerle gracia la cosa, pues según el vicario de Deba, Pedro Joseph Aldazaval Murguia, quien en 1767 nos transmitía los hechos, el pobre salvaje "salió tan bravo, y montaràz, que fueron inútiles todas las diligencias, y fue preciso tenerle todo el año en prisiones por su crueldad, y sevicia".
No sucedió lo mismo con la mujer y la niña, las cuales fueron bautizadas en Itziar y allí se quedaron, aprendieron la lengua bascongada, y murieron.

Pero nada mejor que leer el escrito del antiguo vicario de Deba para hacernos idea de la "grandiosa gesta" de Soarte, hecho poco conocido pero como antes decía, digno de la mejor de las películas.


La escena de esta pareja de nativos canadienses con su hija nos transportan
al momento en el que el capitán Francisco de Sorarte los "raptó" con  todas sus
buenas intenciones para traerlos al puerto de Deba. 


… La verdad del hecho es, que habiendo pasado à Terranova el Capitan Don Francisco de Sorarte, vecino de esta Villa de Deva no muy lejos de los años del Nacimiento del Señor de 1620. Cogió la tripulación de su Nave una Galerilla pequeña, ò Canoa, en que navegaban por aquellas costas un hombre, y una mujer con una hija muy tierna de aquellos, à quienes los Navegantes los llaman Salbages, y que sin conocimiento de Dios, y de su verdadera Ley pasan en los Montes infelizmente la vida sin casa, ni habitación con tal carencia de comodidad humana. Tuvo grande compassion, y lastima de su suma infelicidad el Capitan, y mandò regalarles mucho, todo el tiempo, que se detuvieron en la pesca. Despues le vino à ofrecérsele, que seria mejor llevarlos à su casa, è instruirlos en nuestra Santa Fè , para hacerlos participantes de las riquezas del Cielo; y con este animo los trajo en su compañía à su Lugar, y juntamente la Canoa, ò Galerilla. Y aunque en el hombre no se pudo lograr el intento, porque salió tan bravo, y montaràz, que fueron inútiles todas las diligencias, y fue preciso tenerle todo el año en prisiones por su crueldad, y sevicia, hasta que el año siguiente lo volvieron à aquellos Paises incultos, para continuar su infelicidad, consiguió en Madre, è Hija el fin, que pretendía este piadoso bien hechor.
     En breve tiempo aprehendieron la Lengua Bascongada, y se hallaron instruidos en los rudimentos, y Misterios de nuestra Sagrada Religion, y con deseo de detestar sus errores, y vivir entre los Catholicos, sin volver à su antiguo modo de vivèr. Alegre el Capitan, de haver logrado en mucha parte su deseo, determinò bautizarlos en el insigne Santuario de Nuestra Señora de Iziar, reconociendo sin duda, que como Sagrada Estrella del Cielo havia guiado à estos Gentiles al logro de su mayor dicha, como la de los tres Magos, refiere el Sagrado Texto.

Seguramente la india y su criatura traídas por Sorarte al puerto de Deba, fueron
muy parecidas a las de la fotografía. La pequeña fue bautizada con el nombre
de "Maria de Iziar".

Hizose la función con gran pompa, y solemnidad, para lo qual convidò lo mas Noble, è ilustre del Lugar, y Cavildo Eclesiastico, y sirvió de Padrino el mismo Capitan Sorarte à las recién convertidas en las sagradas Aguas del Bautismo, y después diò un muy solemne combite à todos los asistentes. Para el mayor colmo de todas las dichas, que consiguieron este dia pusieron à la Niña el nombre de la Santisima Virgen llamándola Maria de Iziar, por pronostico feliz de que le nació entonces su mejor Estrella, con cuyo superior destino conseguiría la eterna felicidad, como muy piadosamente se puede presumir de las circunstancias de su muerte.
      Muriò de pocos años, habiendo vivido hasta entonces en casa del referido Capitan Sorarte; mas fue cosa notable, que estando yà en los últimos passos de su vida advirtieron los de casa, que de repente se llenò de un extraordinario gozo, y alegría, y preguntándole los circunstantes el motivo?  Respondio la inocente doncella, que porque estaba presente una hermosa Señora, llena de luces, y resplandores: Y admirada, de que no la viesen los demás, que estaban en su compañía, les preguntaba: Si no la veian? Y diciéndola, que no, y que señalasse el parage, en donde estaba: Ella señaló hacia los pies de la cama, asegurando, que desde allí le estaba alegrando, y consolando, con su hermosa y gustosa presencia; con lo qual se persuadieron todos, que sin duda la Sacratissima Virgen de Iziar, que en vida la hizo tan señalados favores, la assistia en su muerte, para guiar aquella dichosa alma al puerto seguro de su felicidad; porque entre jubilos, y alegrías dejó el cuerpo para volar a la Gloria..." .



2 comentarios:

  1. Una historia interesante, y desconocida por muchos debarras. Un abrazo

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  2. Una historia interesante, y desconocida por muchos debarras. Un abrazo

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