martes, 9 de diciembre de 2025

            

                             EL MENSAJE UNIVERSAL

                  DE JOSÉ MANUEL OSTOLAZA  

              

No sé si el mundo se ha vuelto loco o el que se ha vuelto loco soy yo. Quiero con esto decir que la “mala hostia” -con perdón- me corroe las tripas y descompensa mi tensión arterial. Cada vez que enciendo el televisor todo lo que veo flagela mi cerebro.

Veo una sociedad enferma, absolutamente individualista; una sociedad de adultos infantilizados e idiotizados donde no existen “VALORES”; donde el más inculto, inculta e imbécil es un reputado o una reputada “influencer” con millones de seguidores; una sociedad donde lo importante es ganar mucho y gastar más, aunque sea a lo tonto; donde los dirigentes de las grandes potencias son y hacen lo contrario de lo que deben hacer, sin ningún tipo de escrúpulos; donde los genocidas tienen carta de impunidad; donde los grandes empresarios a menudo solo piensan en la cuenta de resultados, cueste lo que cueste y saltándose las normas de la moral y de la ética. Todos quieren ser los más ricos del cementerio.

¡Imbéciles!

 ¡Maldito materialismo! ¡Maldito egoísmo! Esta sociedad está ciega, y lo peor es que no quiere ver; nadie reacciona.

¿Y por qué digo esto? 

        

Agosto de 2025. A la izquierda, Arantza Iñurrategui en Kultur Elkartea posando ante el retrato de José Manuel Ostolaza pintado por Amuategui “Amua”. A la derecha, Arantza bajo el reloj de la desaparecida joyería Ostolaza, junto a su marido Gerardo Gochicoa y su hija Arantza.


A primeros de agosto visitó Deba Arantza Iñurrategui. Arantza es hija de Pepita Arriola, la bibliotecaria de la EBEFO (Fundación Ostolaza) que acompañó al exilio mejicano a don José Manuel Ostolaza. Arantza, al igual que sus hermanas Itziar e Izaskun nació en Méjico donde Pepita, su madre, se casó con Germán Iñurrategui, abogado y juez tolosarra delegado del Gobierno Vasco en Méjico.

¡Qué curiosidad! : Germán, el padre de Arantza, escapó a Méjico a bordo del buque portugués NYASSA, el mismo que mi tío Paco (Francisco Turrillas Bordagaray); ambos colaborarían en la capital mejicana en la edición de Euzko Deya de la que mi tío sería su primer director.
Durante la visita a Deba con su esposo e hija, Arantza me comentó con un gesto de pena que tenía la impresión de que aquí muy pocos conocían ya la figura de José Manuel Ostolaza Zabala, un hombre y empresario singular, todo un ejemplo de honestidad.
Le comenté que en Kultur Elkartea, heredera de la antigua Fundación Ostolaza, sigue viva la llama que prendió don José Manuel y que además de los más de trescientos cincuenta socios que colaboran con nuestra institución en numerosas actividades culturales y sociales, el pueblo de Deba sabe muy bien quién fue nuestro admirado personaje.

Todos los años, el mes de junio celebramos el día del socio y como miembro más viejo de la directiva, tras la intervención del presidente me toca dirigir unas breves palabras a los asistentes con las que ensalzo la figura de José Manuel Ostolaza. Y siempre termino de igual manera, con unas palabras que no son mías sino de aquel ilustre debarra muerto en el exilio.

Le hice escuchar a Arantza esas palabras en un programa grabado por mí en la emisora Podcast de Okerkale Irratia (de Kultur Elkartea) y se emocionó al escucharlas, pues detrás de aquellas palabras había mucha historia, muchos recuerdos y sobre todo mucha honestidad y solidaridad. Las dejó escritas don José Manuel Ostolaza, el progresista empresario republicano, y representan todo un testamento vital.      



“Todo español que tenga 10 de renta y pase admirablemente con 6, está obligado en vida a poner los otros 4 restantes a disposición de sus semejantes y como para éstos es más necesaria la Escuela que el comer, yo, que estoy en este caso, les dejo los 4 que me sobran para esta Escuela”.

“Es posible que haya pecado algo en esto, al querer convertirme en filántropo y hacer en Deba una escuela de Fundación para educar a niños gratuitamente, pero bueno es aclarar que traté de hacer el bien al cien por ciento químicamente puro, sin esperar más recompensa que el premio que me otorgaba mi propia conciencia. Hacer el bien por el bien mismo”.


Sin comentarios.

Quien no se emocione con estas palabras no tiene corazón; tiene una piedra.

29 de junio de 1932. Fin del curso 1931-1932. José Manuel Ostolaza con sus muchachos de la EBEFO (Escuela Biblioteca del Emigrante Fundación Ostolaza).


Al acto del “día del socio” del año pasado además de un gran número de socios acudieron algunos jóvenes navarros de Iruña, componentes de un conocido grupo musical : “Skabidean”.

Hace unos meses un hijo mío, Alex, me envió un Whats App en el que me informaba haber hablado con Antonio, uno de los miembros del grupo musical navarro:

“Antonio me ha dicho que lo que hablaste el día del socio sobre Ostolaza le ha servido de inspiración para una canción. Y en el nuevo disco van a dedicar una canción a la vida de Ostolaza” .
Le enseñé el mensaje a Arantza para que viese que el mensaje del filántropo debarra sigue vivo, y que hay jóvenes vascos que toman nota de ello. Se sintió complacida al ver que aún hay gente que sigue captando el mensaje de don José Manuel.
Espero que si vuelve el año que viene podamos vernos de nuevo.


29 DE JUNIO DE 1936. José Manuel Ostolaza con los alumnos de la EBEFO al finalizar el curso 1935-1936. Un mes más tarde, tras la sublevación militar del 18 de julio, el debarra partiría hacia el exilio. El centro sería clausurado por el gobierno de Franco y José Manuel no volvería más a Deba. Murió en Méjico el 23 de octubre de 1954.



Ciudad de Méjico,15 de diciembre de 1951. La fotografía nos muestra a José Manuel Ostolaza celebrando en casa su 76 cumpleaños en compañía de sus más allegados amigos. En el grupo de la derecha podemos ver al trío de debarras: Ramón Egaña, José Manuel Ostolaza y Pepita Arriola, madre de Arantza Iñurrategui. El cuadro que aparece al fondo es "Romería vasca", encargado por Ostolaza a su amigo el pintor bilbaíno Aurelio Arteta exiliado como él en Méjico. Tras la muerte de José Manuel en 1954, su hermano Francisco donó la genial obra a la Diputación Foral de Gipuzkoa. Actualmente se encuentra en el museo de San Telmo en Donostia-San Sebastián.


PARA QUIEN LO DESCONOZCA:
José Manuel Ostolaza emigró primero a Méjico y posteriormente a Estados Unidos donde creó en Saint Louis , Missouri, la que llegaría a ser mayor empresa sombrerera del mundo, la " Mexican American Hat Co." haciendo una gran fortuna que le permitió jubilarse en 1920 con 42 años y residir en Deba.
En 1927 levanta un edificio diseñado por el arquitecto Manuel de Cárdenas Pastor, amigo suyo. En 1928 crea en él la EBEFO (Escuela Biblioteca del Emigrante Fundación Ostolaza), un centro de enseñanza laico y absolutamente progresista para la época donde, como dato curioso, diremos que la enseñanza de la lengua inglesa era asignatura obligatoria, algo poco común por entonces. En realidad podría decirse que el centro era una Escuela de Comercio en la que se formaba a los jóvenes por si se viesen obligados a emigrar y labrarse un porvenir digno. 
A pesar de su éxito como empresario, José Manuel Ostolaza  nunca renegó de sus principios y convicciones políticas, apoyando, como no podía ser de otra forma en un hombre progresista, al gobierno republicano y al Frente Popular.
En 1936 tuvo que exiliarse en Méjico donde murió en 1954.

Imagen publicitaria de la empresa Mexican American Hat Co. La fotografía nos muestra a la dirección y empleados de dicha empresa en Saint Louis, Missouri. En la parte superior, en los recuadros, podemos ver las imágenes de José Manuel Ostolaza a la derecha y la de su hermano Francisco a la izquierda. Como puede leerse en la parte inferior, la empresa también tenía factoría en Breese, Illinois.

Esquela de José Manuel Ostolaza del 24 de octubre de 1954. Como puede leerse, el humanista empresario y filántropo debarra era Caballero de la Orden de la República Española. La encomienda de Caballero le fue entregada en Donostia-San Sebastián el 22 de febrero de 1936 en un solemne acto organizado por Izquierda Republicana.

ÚLTIMA HORA:
El grupo musical navarro "SKABIDEAN" al que he mencionado en este artículo, acaba de presentar en la Durangoko Azoka (Feria del libro y disco vasco) su sexto disco titulado "Herri Kuttuna".
Una de las siete canciones del disco tiene como título "Ostolaza" y se basa en el mensaje que nos dejó el filántropo debarra exiliado en Méjico, mensaje al que me he referido en este artículo.
Otra de las canciones de dicho disco, titulada "Etxetik urrun" también menciona a José Manuel Ostolaza y está dedicada a todos los vascos que de forma obligada tuvieron que salir de su tierra.
El próximo mes de marzo, el grupo de Iruña realizará una gira por Japón actuando en seis ciudades, la primera de ellas en Tokio, con lo que el nombre y el mensaje de José Manuel Ostolaza se escuchará en el Imperio del Sol Naciente. 








 














viernes, 5 de diciembre de 2025

 

IMAGENES DE NUESTRA HISTORIA

AL PIE DEL ANTIGUO ESPIGÓN DE LA RÍA DE DEBA



El pasado mes de agosto recibí una llamada de Patxi Izaguirre Boneta. Me informaba que tenía unas interesantes fotos antiguas relacionadas con Deba y como dentro de un cajón no hacían nada me las donaba para que las fuese publicando en la revista DEBA o en cualquier medio relacionado con la historia y la cultura en general. Como tenía que venir a Deba con motivo de una reunión de antiguos amigos, me dijo que me las traía, y así fue.
Al verlas, le comenté que me gustaría estudiarlas con detenimiento pues una foto por bella que sea a veces dice poco si no se interpreta el contexto: fecha, lugar, personajes, vestimentas, pequeños detalles... etc.

Le prometí que tras el estudio pertinente las publicaría para que la historia de cada una de las fotos quedase inmortalizada. 

Las tres fotografías que hoy publico muy probablemente fueron realizadas hacia 1915; las dos primeras al pie del tambor del espigón durante la bajamar, en la margen derecha, entre la ría y la playa de Deba; la tercera en la misma playa, junto al espigón. La obra del espigón al que me estoy refiriendo finalizó en 1860. Aún no se había realizado la escollera en la que más de setenta años después quedaría embutido el tambor del viejo espigón.

Las imágenes nos muestran a los niños de la familia donostiarra Izaguirre-Epalza: Isabel (la niña pequeña), Juan y Ricardo (ambos con traje de marinerito), así como a una jovencita cuya identidad desconocemos; es posible que perteneciese a la familia Del Valle Lersundi con quienes al parecer estaban emparentados los Izaguirre. En las fotografías no aparece Antxon Izagirre Epalza, hermano de los niños, pues aún no había nacido (padre de Patxi Izaguirre Boneta, donante de las fotos).

En la primera imagen vemos a una señora con parasol, probablemente el aña de las criaturas. Todos van elegantemente vestidos lo que ya nos está diciendo que pertenecían a una familia acomodada. Todos, menos la niña más pequeña lucen amplios sombreros de paja; eran otros tiempos en los que el bronceado no estaba de moda; era cosa de pobres. El mayor de los niños porta una cartera, posiblemente la funda de la cámara fotográfica de fuelle del autor de la instantánea, seguramente el padre. El más pequeño realiza una voltereta con toda la gracia y naturalidad de un niño.


En la segunda de las fotografías aparecen solo los niños sin la persona adulta que les acompaña en la primera fotografía. Está realizada más cerca y se aprecian mejor los detalles de sus vestimentas y sombreros; la jovencita luce una hermosa pamela. Todos ellos están apoyados en la base del tambor del espigón, construido con grandes piedras de sillería. Podemos apreciar que el fondo de la ría, en ese momento en bajamar, es de arena como en la playa donde prácticamente se encuentran.
  
En la tercera de las imágenes vemos a los mismos niños que tras posar al pie del espigón han pasado a la playa y construido un barquito de arena en el que imaginariamente navegan. Al fondo se aprecian la pared lateral del frontón (1897), la casa de Amillaga y la antigua casa de baños de la familia Salegui. La pamela de la jovencita nos impide ver si ya existía el "chalé del Notario". De no ser así, las fotografías de los niños Izaguirre-Epalza serían anteriores a 1913, año en el que fue construido el citado chalé. 








Estas fotografías de 1929, fueron realizadas durante la pleamar desde el dique izquierdo de la ría, en la parte de Mutriku. Ambas nos muestran el antiguo espigón que separaba la playa de la ría antes de que se construyese la escollera (las obras de aquella primera escollera, inicialmente con una longitud de 100 metros, se aprobarían en 1929. Posteriormente se realizarían varias ampliaciones más). En el tambor se adivina la baliza luminosa que marcaba la entrada al puerto de Deba. Como puede apreciarse, para acceder al tambor había una escalera de cuatro peldaños pues este se encontraba a mayor altura que el resto del espigón.


Como complemento al texto que ilustra estas fotografías, decir que aún hoy se puede contemplar una parte del antiguo tambor del espigón al que nos referimos. Quien desee hacerlo solo tiene que bajar por las escaleras existentes unos metros antes del comienzo de la escollera. Las siguientes fotografías dan una pista sobre su ubicación.

    Remate final del tambor donde se aprecia la forma redondeada del mismo.


Detalle donde se aprecia el nivel más alto del tambor respecto al resto del espigón.

En esta última fotografía se puede apreciar el buen trabajo realizado en la construcción del tambor así como la gran calidad de los sillares.

Y para terminar, tan solo decir que gracias a las bellísimas fotografías de la familia Izaguirre-Epalza, más de un debarra y no debarra se habrá enterado de la existencia de nuestro antiguo espigón. Con ello queda demostrado que también la fotografía es un buen medio para conocer o recordar nuestra historia.